¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

Mary Leisy Hernandez

Nos dejó el avión

Caracas, Venezuela.- Desempacar para tener que volver a empacar lo que hiciste malabares para que te entrara en la maleta es solo un pequeño detalle. Si de camino también tienes que buscar donde dormir, procurar disponibilidad de vuelo, esperar varios días y rehacer toda tu agenda, que te deje un avión es una cosa que no tiene madre.

Por suerte solo nos pasó una vez y espero en Dios que nunca más nos pase. Si nos hubiese pasado en París el cuento fuera otro. Allí tenemos gente que nos acoge, hay miles de lugares que visitar, cosas por hacer. Igual, de haber sido en mi tierra dominicana de seguro que la historia estuviera cargada de alegres cuentos y reencuentros, pero tenía que pasarnos en Venezuela, un país donde todo está super complicado.

Fue complicado regresar a Caracas desde el aeropuerto, complicado encontrar un hotel, encontrar un vuelo lo más próximo posible y de camino complicado también pasarte dos días medio enclaustrado en un hotel, por el miedo que te inculca la gente del peligro de sus calles.

Fue un domingo en la tarde regresando de Isla Margarita. Habíamos llegado temprano al aeropuerto más próximo de Caracas. Nos registramos electrónicamente y nos fuimos a almorzar y descansar a un hotel de los alrededores. Cuando llegamos al escritorio de la línea aérea hora y media antes, nos informaron que nosotros podíamos partir, pero tendríamos que dejar todo nuestro equipaje y no había manera de que nos lo pudieran enviar. En Venezuela todo es distinto.

Yo que siempre procuro buscar algo positivo en cada cosa negativa que me pasa, esta vez estaba sin ánimos de buscar. Con las ganas que tenía de volver a casa, de estar entre mis cosas, de volver a mi vida habitual. Me dió un patatús cuando supe que no podríamos partír ni ese día ni el día siguiente. Por suerte después de descansar un poco me animé y me reí de nuestra suerte. Ya muchas veces habíamos estado en riesgos de que nos dejaran aviones y siempre lográbamos salir airosos. Esta vez no se nos dió. Nos dejó el avión donde menos me hubiese gustado que nos dejara. Ahora se que difícilmente nos vuelva a pasar. Dios nos libre.

El Nacional

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