¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

Mary Leisy Hernandez

Ejercicios en vacaciones-

Bruselas, Bélgica. Corrí por el bosque de la Cambre en la capital de Bélgica y disfruté al máximo la agradable sensación de ejercitarme entre frondosos árboles, pisar entre las hojas multicolores que muestran el otoño. Estar de vacaciones no es un obstáculo para ejercitarse.

Corrí y caminé por los estanques de Ixelle en Bruselas y me sentí dichosa al ejercitarme en plena ciudad en ebullisión, de lograr sudar en medio del frío en una tarde medio lluviosa como casi todas en esta ciudad europea. Los patos y los ganzos que nadaban mientras bordeaba el lago fueron testigos.

Fueron varias semanas en esta ciudad en la que antes viví. En las mañanas o las tardes siempre salía a caminar por algún lugar. La primera caminata fue en el Parque Cincuentenario, interesante espacio que acoge importantes museos y monumentos que hablan de la historia de este pequeño, pero interesante país. Allí disfruté mientras caminaba de la belleza de las flores y del esmero y cuidado de la jardinería de los parques europeos. Disfruté de la gente que al igual que yo también se ejercitaba y lograba olvidar por un rato el eterno frío de Bruselas mientras movía diversos músculo de su cuerpo. Caminar en el frío es aún más edificante.

Como siempre en cada país donde viajo, procuré ejercitarme en lugares distintos y así logro hacer de la caminata una maravillosa experiencia, en la que al final lo que menos importa es el afán por la buena figura. Ya me ejercité en diversas áreas verdes de París, al borde del Río de la Plata en el sur de mi América, en parques de Chile, de Buenos Aires y muchas otras ciudades del mundo.

Ahora en Bruselas caminé por las calles de diferentes sectores y no tuve que esperar que bajara el sol. En los países fríos cualquier hora es buena para caminar.

Volví a disfrutar de diferentes rincones de esta ciudad de la que guardo muy gratos recuerdos entre ellos el Parque Royal y el Leopold III. Al final me quedé por más y es que ejercitarse es una excelente manera de relajarse, cuidarse y disfrutar de todos los paisajes y ambientes que Dios pone a nuestra disposición en los diferentes lugares que visitamos.

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