¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

Mary Leisy Hernandez

Bachata en portugués –
Brasilia. Brasil. Tenía poco tiempo que había llegado a vivir a Brasil y estaba con muchas ganas de descubrir la vida y los encantos de su capital. Cada fin de semana compraba la agenda cultural para enterarme de las actividades y felizmente, siempre tenía mucho para escoger.

La primera semana sin proponérnoslo, fuimos sorprendidos con música en vivo en diferentes restaurantes. Música Popular Brasileña, Bossa Nova, choro y otros ritmos que nos mostraron parte de la gran diversidad musical de este país.

Dicen que la nueva capital Brasileña no es lo más representativo del resto del país. Tener una estructura de construcción distinta a otras ciudades y ser la sede administrativa le dan un toque muy especial.

Sin embargo, en Brasilia viven brasileños como en todo brasil y cada brasileño al venir trajo las particularidades de su región. Eso ha convertido a esta ciudad en el punto de encuentro de toda la cultura de este enorme país.

Brasilia como todo Brasil es muy musical y de gente muy creativa. Eso hizo que nuestro proceso de adaptación fuera mejor. Recuerdo uno de nuestros primeros domingos luego de llegar de Europa. Nos llamó mucho la atención en la agenda el evento “Arte bajo los árboles” y sin pensarlo dos veces fuimos al Parque de la Cidade para ver de que se trataba. Había música, canciones, poesía y mucha gente disfrutando bajo la sombra de frondosos árboles tropicales.

Me pareció muy creativa la actividad y la disfrutamos mientras disfrutábamos también de todo el ambiente del parque. De pronto una artista comenzó a cantar una bachata en portugués y aquello me pareció celestial, me llenó de emoción.

Fue como sentir un pedazo de mi tierra y mi cultura en medio de aquel parque. Los versos de Juan Luis me parecieron más lindos que nunca cuando aquella chica interpretó “Bubulhas de amor”.

Ahora ya no estoy recien llegada a Brasil. Pero igual, cada vez que escucho una canción dominicana en portugués siento la misma emoción. Se me pone la carne de gallina.

El Nacional

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