¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

Mary Leisy Hernandez

Con el corazón allá –

Brasilia, Brasil.- Como si estuviera en Dominicana siento la contaminación que provocan los ruidos de las tumba cocos y otros artefactos que utilizan los candidatos. No se si esta vez es menos o es más, pero lo poco o mucho lo siento como si estuviera cerca y me hace vibrar algo dentro.

Como si estuviera cada día en mi patria pienso en los miles de recursos que se gastan en repetitivos carteles. Si mostraran menos sus rostros y mas sus obras, de seguro que el desperdicio fuera menos. Recuerdo que yo, de tanto verlos me astiaba. No se que gran estratega les dijo que mostrar a cada paso la bonita o fea cara de un candidato les haría ganar votos.

Me pregunto cuantos de esos recursos se reciclan. Si alguna vez se les ha ocurrido hacer algo de utilidad común con los materiales gastados en las campanas.

Si el día después todo aquello es solo basura, es un gran desperdicio. Me pregunto cuantos de los recursos gastados en campañas electorales tienen un beneficio social. De todos los millones usados, cuantos se usan para ayudar en la salud, la educación y otros renglones con repercusión en beneficio de la gente.

Ahora que miro las cosas desde lejos las veo más claras. Otras referencias me hacen tener mejor idea de la realidad de mi país. Ya me ha tocado estar en varios países en tiempos de elecciones y en algunos como en Bélgica, por poco y ni cuenta me daba que estaban en campana electoral. Una diferencia del cielo a la tierra.

Estar lejos me libera de los tapones que provocan los partidos con sus calentamientos y sus actividades proselitistas, pero no me liberan de sentir lo mismo que sentía cuando vivía en Dominicana. Cuanto desperdicio de combustible en un país pobre, cuantas emociones, energías y tiempo invertido en el recurso equivocado.

Me da risa cuando recuerdo como la gente discutía de política en los carros públicos, los trabajos y todos lados. Algunos casi peleaban. En tanto tiempo lejos de mi patria imagino que ya no es igual. Que mucho cambió y mejoró. Lanzo un fuerte amén para que así sea.

El Nacional

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