Lo que fuera una iglesia

Maastricht, Holanda.- Siempre he pensado que Dios no necesita de tanta varilla y cemento para ser amado. Que los oros y tesoros que conservan tantos enormes y pomposas templos europeas son una exegeraciôn.

En Holanda hoy la gente lee, estudia, se ejercita y conjuga muchos otros verbos en lo que antes estaba reservado ûnicamente para rezar. Cientos de espacios religiosos han sido convertidas en librerîas, bares, gimnasios, hoteles, centros de salud y otros diversos establecimientos y aun siguen teniendo mâs iglesias que fieles.

Yo estuve la semana pasada hojeando libros entre los estantes instalados muy armoniosamente en una antigua iglesia gôtica de la ciudad de Maastricht. Ya imagino yo que distinto todo siglos atrâs en ese escenario construîdo en 1294. Los cantos, los rezos, los sacerdotes, los creyentes. Hoy este escenario es una enorme librerîa con una moderna cafeterîa en las proximidades de lo que antes fuera el altar.

Varias escaleras internas me permitieron acercarme al techo y desde allî contemplar las paredes, los arcos y toda la conservada arquitectura del lugar. Desde arriba me trasladê a aquellos tiempos e intentê reproducir los sonidos, los colores y hasta los olores y sabores.

Hoy se estima que la librerîa es visitada cada ano por mâs de medio millar de personas. Muchos la consideran como una de las librerîas mâs lindas del mundo y no es para menos. Conserva la belleza del esmero y el arte que siempre se puso de manifiesto en los templos religiosos.

Luego de la librería entramos a un hotel que funciona en lo que antes fuera un monasterio y nos faltô tiempo para visitar otros templos religiosos transformados en esta ciudad europea. Tan solo en Holanda fueron reutilizadas 143 iglesias entre 1970 y 2003, sin contar las que fueron demolidas.

El gobierno decidiô darle otros usos por los grandes costos que representa mantenerlas y lo mismo ha pasado en otros paîses. Ojalâ se les ocurra donar algunos de los utensilios religiosos a paîses pobres que no tienen suficientes iglesias. Unos tienen muchas, otros muy pocas.