¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

Mary Leisy Hernandez

Otras pascuas

París, Francia.- Desde lejos recuerdo las semanas santas de mi infancia como historias fantásticas.

Se hablaba de días sagrados para el señor. Hoy mi hija asiste a la universidad el viernes santo pese a que estudia en un país católico de Europa. Imposible pedirle que falte. Son otros tiempos, otras historias.

En las escuelas europeas las vacaciones son luego de pascua de resurrección.

Recuerdo con mucha claridad aquellas multitudinarias procesiones de mi pueblo y la emoción con que se esperaba el fin de la misa de los sábados por la noche para retomar la fiesta con el repique de gloria. Hasta el sábado en la noche todo era recogimiento. Solo música cristiana y en la televisión todo sacro.

El jueves santo nuestra madre nos pedía de levantarnos mudos.
Una especie de día en pausa. Se decía que si ese día se bailaba o cantaba se podía tener un castigo divino.

Hoy es imposible seguir muchas de aquellas viejas tradiciones en un mundo tan agitado como el actual. Imagino que ni en los más remotos campos de mi pueblo es posible. Nuestras mentes ahora registran otras costumbres.

De todas aquellas viejas tradiciones lo que más me gustaba era lo de las habichuelas con dulce. Mi madre las preparaba en un gran bidón cuadrado que reciclaba del colmado de la familia. Era toda una ceremonia de la que se hablaba toda la semana.

Guayar el coco, buscar las buenas batatas, garantizar que no faltaran las galleticas y las pasas y luego aquella repartidera entre los familiares y amigos cercanos y el intercambio con las habichuelas de los vecinos.

Mi madre todo lo hacía por la regla. Los viernes dolores y los viernes santos esa comida era con todos los powers: bacalao, guandules, huevo, en fin. Ahora, de todas esas tradiciones lo único que más o menos se preserva es lo de las comidas, aunque ya no con la rigurosidad de otros tiempos.

El viernes santo muchos lo aprovechan para vacacionar y comer fuera. Hoy desde lejos, cuando pienso en las semanas santas de mi infancia no pienso en aquellas viejas prohibiciones, solo en lindos recuerdos de mi patria y mi gente.

El Nacional

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