¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

Mary Leisy Hernandez

Sorpresa en Sao Paolo
Sao Paolo., Brasil.- en dos años viviendo en Brasil nunca antes estuve en Sao Paolo. Preferí primero visitar a Río, motivada por sus paisajes azules y verdes, en la alegría de carnaval y en su fama de ‘cidade maravilhosa’. São Paolo, la gran urge, me parecía demasiado concreto para mi gusto. Antes preferí conocer a Salvador de Bahia con sus fuertes raíces afro-brasileiñas. Caminar por su historico Pelourinho y visitar varios quilombos para ver como viven alli los descendientes de esclavos.

Cuando se habla de Brasil, por lo general se piensa tanto en Sao Paolo como en Río, pero yo, cuando llegue a la capital de este enorme país, estaba más interesada en conocer la vegetación amazónica y la cultura de diferentes regiones. Escudriñe la cultura nordestina con paseos por Recife, Olinda, Natal y João Pessoa. De São Paolo apenas conocía su enorme aeropuerto. Mas de una decena de veces tuve que hacer escala allí para ir a otros países y hasta para viajar en el mismo Brasil.

Hubiese dejado esa urbe latinoamericana en el último lugar de mi larga lista, de no ser por una amiga paulista que nos motivó y se ofreció a hacernos descubrir los encantos de la ciudad. Nos hizo marcar fecha y cierto, cuando llegamos, muchos edificios altos y modernos como en Nueva York y otro centro financiero del mundo, pero también, mucho verde en medio del concreto. Igual una ciudad muy viva con interesantísimos museos y un dinámico ambiente cultural lleno de alternativas.

En poco tiempo amé aquella ciudad que históricamente abrió sus puertas a Alemanes, Japoneses, Italianos y a ciudadanos de todo el mundo. Disfruté la alegría de las noches, de los creativos bares del centro y tuve oportunidad de escoger entre las multiples opciones para cine, teatros, concierto, exposiciones y toda una diversidad de ambientes. Lo que más amé fue su gente.

conocí gente muy interesante, gente abierta, simpática y tan alegre como Brasil. Al final me quede con ganas de volver una y otra vez.

El Nacional

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