¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

Mary Leisy Hernandez

Te doy una canción

Cuando supe de su muerte en principio no lo creí, tantas veces lo mataron y seguía vivo que llegué a pensar que su cuerpo seria tan inmortal como su imagen. Ese día fue para mi un día raro, un día en el que me invadió la melancolía al recordar tiempos que se fueron. Mi cabeza se llenó de los mensajes de aquellas canciones que marcaron una importante etapa de mi vida: “Te doy una canción y digo patria y sigo hablando para ti…”

Ese día fue un día agitado, de entradas y salidas, de cumplir compromisos.
Mientras mis pies caminaban por las calles de la capital de Brasil, mi mente estaba en el campus universitario de la Uasd escuchando canciones de Pablo, Silvio y otros de la trova cubana y la nueva canción: “La era esta pariendo un corazón, no puede mas se muere de dolor…”

Aquel fue un día extraño, de sensaciones inexplicables. Su muerte me hizo revivir montón de recuerdos ya casi olvidados.
En aquel tiempo su nombre era un símbolo al igual que el de El Che, una referencia para los jóvenes que sonaban con un mundo mejor y una sociedad más justa. Hoy, a pesar de cualquier pesar, el comandante se transformó en un importante símbolo eterno de lucha, constancia y de un ideal distinto: “un homenaje para tu ausencia, lo llenas todo, con tu presencia,,,”

Aquel sábado me hice muchas preguntas, me traslade sin moverme a muchos lugares y me reuní mentalmente con muchos amigos, con aquellos de ideas revolucionarias con los que tanto me reuní cuando era casi una niña. Ese día volví de nuevo a la Plaza de la revolución en Cuba. Caminé por las calles de La Habana y de Santiago: “cambia, todo cambia, pero no cambia el amor por más lejos que me encuentre, ni el recuerdo ni el dolor, por mi pueblo y por mi gente…”

El día que supe de la muerte física de Fidel Castro fue un día largo y grande. Ese día algo murió y nació en mi. Hasta siempre comandante.

El Nacional

La Voz de Todos