¿Qué Pasa?

Entre el Cielo y Tierra

Entre el Cielo y Tierra

Bruselas, Bélgica.- Este año para la semana mayor cambié mi traje de baño por una bufanda y un abrigo bien caliente. Fue un cambio radical al llegar al centro de Europa con temperatura entre 0 y 4 grados, nada que ver con lo siempre he vivido en Dominicana, de donde acabo de regresar dejando maravillosas y soleadas playas. Por suerte me traje un poco de habichuelas con dulce congeladas para consolarme y sentirme un poco allá.

Eran las 8:30 de la noche del Jueves Santo cuando arribó el avión a Bruselas. Desde la ventana vi caer lluvia y nieve. Nada raro en esta ciudad. Al llegar a la casa los copos de nieve se habían vuelto grandes y los carros estaban cubiertos de blanco. Cuanto ha tardado este año el invierno en partir y la primavera en llegar. Cosas del Cambio climático. Hacía más de 50 años que no nevaba en estas fechas. Han sido unas semanas santas fuera de serie.

A falta de paseos por Samaná, de baños en Playa Bonita y otras bellezas de la naturaleza dominicana, optamos por pasear por la Grande Place de Bruselas, por salir a descubrir la riqueza culinaria de la cocina internacional que prima en esta urbe europea. Fuimos al barrio portugués a comer comida brasileña, al centro a comer comida china y disfrutamos de una mezcla de la cocina francesa con la comida Thai.

Nos pusimos hogareños y preparamos delicias en la casa y luego del postre tuve que reírme a carcajadas, cuando me enteré que mis hermanos dominicanos se quejan de que tuvieron unas semanas santas muy frías porque la temperatura llegó a 24 grados. Cuanto me encantaría que se asomen por estos lados. 24 grados Celsius de diferencia.

Ayer fui a la misa de domingo de resurrección. Acá muchos asientos vacíos, allá pese a que cada vez se quejan de la degeneración de la semana santa, para el domingo de pascua la misa siempre está llena. Acá todo es distinto aunque el sentido es el mismo.

Los días festivos comienzan después de la pascua, de postre nada que se le parezca a las habichuelas: Huevos de chocolate como en gran parte de Europa y ninguna o muy poca procesión. La diferencia es del cielo a la tierra.

 

 

 

El Nacional

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