Opinión

¿Era Juan Bosch poeta?

¿Era Juan Bosch poeta?

Ramón Rodríguez

La grandeza de los hombres se manifiesta en la perdurabilidad de sus enseñanzas, creencias y actos afines con el desarrollo moral de sus pueblos. Un rasgo común en los hombres de ”almas superiores”, es su desinterés por las cosas materiales: por el dinero.

En el año del 1983, iniciaba mi carrera de idiomas en la siempre adorada Universidad Autónoma de Santo Domingo. En una sofocante tarde, observé desde lejos una tertulia que lucía interesante. Me acerqué con pasos asustadizos. Una vez siendo parte de los contertulios, puse especial atención a un hombre de baja estatura, ojos pequeños y vivaces que fumaba placenteramente y lo hacía con una gracia inigualable. Apagaba y encendía su cigarrillo ante nuestras atónitas miradas.

Recuerdo que algunos de los contertulios lo ametrallaban con preguntas como éstas: Don Pedro, ¿ Se nace poeta? profesor Mir, ¿Cómo usted definiría el concepto de cultura? Nunca he podido borrar de mi mente cada uno de sus gestos, en busca de hacernos entender conceptos de abstrusa comprensión.

Don Pedro Mir era un ser extraordinario. Ya un poco menos asustado, influenciado por una de las tantas campañas perversas que se llevaron a cabo contra Don Juan, le pregunté con voz trémula: profesor, ¿Es Bosch mejor escritor que político? Y Don Pedro me miró, con esa ternura propia de los seres superiores y dijo: Bosch era mejor poeta.

Las risas no se hicieron esperar, y lo que parecía un chiste, era una salida genial del autor de ” ‘Hay un país en el mundo” para no entrar en detalle sobre esa campaña negativa contra el autor de ” Viajes a los Antípodas”.

Unos años después, ya en mi condición de profesor, tuve el privilegio de compartir con el inolvidable poeta Don Mariano Lebrón Saviñón. El prominente miembro de la Academia Dominicana de la Lengua nos decía: ” Pocas personas se han dado cuenta que Juan Bosch es poeta. Sí, él es un poeta. Lo que pasa es que él no se ha dedicado a la poesía” . Don Pedro Mir y Don Mariano Lebrón Saviñón nunca dejaron de compartir con los jóvenes. Fueron profesores admirables. Recuerdo vivamente cuando Don Mariano decía: ”No es lo mismo decir, amaneceres bellos, que bellos amaneceres”. Y ahí comenzaba a explicar la importancia del buen uso del epíteto.

Ya han pasado muchos años de mi encuentro con Don Pedro y Don Mariano. Y ahora, mientras releo ”El Oro y la Paz” de Juan Bosch, me tropiezo con estas exquisitas frases con un fuerte olor a poesía: ”Como la sombra de un río que se mueve sin cesar a la luz de la mañana”. ” Estaba roja, con los ojos brillantes. Se había agachado para ayudar a Pedro y los nacimientos de los senos le desbordaban el vestido. ”Esta vez el joven misionero se presentaba con el pelo caído sobre las cejas, los ojos mustios, los los labios exangües de color ceniciento, las orejas blancas y translúcidas y una palidez amarillenta extendida por el rostro”.

El Nacional

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