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¿Es La Vega todavía una ciudad culta?

¿Es La Vega todavía una ciudad culta?

Justo me parece que cuando en La Vega se habla de cultura, se está pensando en una cultura elitista. Claro que hay cultura, desde el campesino que cultiva la tierra hacia arriba, hacia el más encumbrado intelectual o pensador. La cultura no tiene que ver si alguien es alfabetizado o iletrado.

El folclor es parte básica de la cultura y las manifestaciones folclóricas salidas de las entrañas de ese pueblo iletrado son las muestras más puras de la cultura de un pueblo.

El folclor revela sus costumbres, mitos, leyendas, tradiciones, literatura oral, cantos, música, teatro, creencias, etc. y son estas manifestaciones las que revelan más fielmente la identidad de un pueblo.

Ahora, si vamos a la cultura europea, eso es un implante/trasplante en América, y precisamente las élites económicas que tuvieron la oportunidad de alfabetizarse, estudiar y viajar, trajeron aquellos valores y patrones de comportamiento copiados simplemente, no internalizados de verdad y solo en La Vega hubo un grupito que se creyó aristócrata de sangre (y todavía se lo creen), y quizás sea a eso a lo que muchos se refieren al hablar con tantas añoranzas de la cultura vegana y en ese caso habría que entrecomillarla, porque de vegana no tenía nada.

En los inicios del siglo XX muchos veganos que habían cursado la educación básica y la media o que se habían graduado de maestros normales, se dedicaron a reconocer los valores desarrollados y/o criollizados por un segmento de la población que había estado en contacto con maestros como Federico García Godoy, cubano de origen, Eugenio María de Hostos, Baldorioty de Castro, Salustio Morillo, Cristino Zeno, Eugenio y Ulpiano Córdoba, Octavia Vizcarrondo, puertorriqueños, entre otros que agregaron acervos y valores a la cultura vegana.

Entonces los promotores veganos, abiertos a todas las manifestaciones les dieron oportunidad de desarrollarlas y tuvieron resultados tangibles, pues ahí están Los Nuevos y demás sociedades culturales como cultura, amor al estudio, y otras llenas de tantas glorias.
Pero, esas élites económicas y sociales se dedicaron a realizar reinados al estilo europeo, donde las masas del pueblo vegano solo fueron espectadores, no protagonistas.

Ellas apabullaban a todos con sus corsos floridos, reinas, princesas, chambelanes, todos ataviados con lujosas prendas como si ejercieran un real mandato. Entonces vino una respuesta del pueblo a los bailes de antifaz de los clubes sociales exclusivos (que llamaban de carnaval) que fue el teatro popular callejero conocido como “comparsa” y que junto a los “diablos cojuelos” constituyó nuestro carnaval folclórico y popular (no confundir con lo que ahora hacen en los flamboyanes).
Algunas tradiciones y costumbres que se conservaron desde España, como la religiosidad de las Cofradías y las Fiestas Patronales se mantuvieron latentes y permearon todas las clases sociales con celebraciones populares festivas y competitivas. Igual la celebración navideña y de semana santa, lechón y habichuelas con dulce. Merengue y salves de palos, décimas y cantos de hacha, entre tantas creatividades populares.

En ese ambiente fue que desarrollaron sus talentos, Luis Alberti, Juan Bosch, Guido Despradel, Rafael y Carlos María Sánchez Gratereaux, Ramón del Orbe, J. Arismendi Robiou, y otros tantos, lo que atraía a este pueblo a Fabio Fiallo, a Moreno Jimenes, Domínguez Charro, Ramón Emilio Jiménez, entre tantos.
Desde luego, ya ese tiempo pasó y no es recuperable, estamos en otra época, con otros valores.

Por lo tanto ya no se pueden seguir formando logias; todas fracasaron, por ser cerradas al público y abiertas a una pequeña élite, por eso fracasaron La Progresista, Casino Central y cuantas cosas más se han formado para pequeños grupos elitizados y donde se rechazaba brutalmente a los demás con bolas negras, y esto no ha cambiado mucho, porque se mantienen estas mentalidades recalcitrantes, que quieren imponer su voluntad y su sello personal en todo, porque precisamente carecen de capacidad para escuchar y permitir otras manifestaciones. Estos ni hacen ni dejan hacer.

Señores: hasta que no se haga un foro abierto y se aclaren todas estas cosas, no avanzaremos culturalmente. Es que necesitamos nuevos actores para estos nuevos escenarios, y los dueños de La Vega que se creen cultos NO dan paso a nada, y serán sepultados por la realidad macondiana que vivimos. Me apena ver jóvenes pensando como entes medievales. Hasta luego.
El autor es sociólogo e historiador.

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