El Foro por un Estado Laico Eugenio María de Hostos acusó a la Iglesia Católica de manejar con irresponsabilidad criminal los casos de sacerdotes que violan a menores de edad, al tiempo que aboga por el fin del concordato, el cual perpetúa odiosos privilegios.
No hay desperdicios en las palabras del foro. Y la gente ya está cansada de los escándalos que involucran a curas pedófilos, que han gozado de encubrimiento de sus superiores y, por razones políticas, de la indiferencia de la justicia dominicana.
Se habla de negligencia y falta de profilaxis en la Iglesia Católica, cuya máximas autoridades ofrecen prioridad a temas de carácter político. Un rediseño en la agenda de trabajo –otorgando preferencia a los asuntos internos– podría mejorar el crédito público de esa entidad religiosa.
De todos modos, los escándalos de violaciones sexuales contra menores de edad, no acabarían. Seguiremos observando más casos de curas, obispos, diáconos y sacerdotes pederastas, que dañan –por lo menos sicológicamente– a niños, niñas y adolescentes de los estratos sociales más empobrecidos.
¿Por qué sostengo esa tesis? Por la sencilla razón de que la actividad sexual es una necesidad fisiológica igual que las demás. El celibato es contrario a lo natural. ¿Cómo se le prohíbe a un ser humano practicar algo saludable, placentero y que su organismo demanda?
Sólo el uso regular del pene impide que la próstata se congestione y termine enferma de cáncer. Y sólo cuando a los curas se les permita casarse y sostener relaciones sexuales terminarían las indignantes y escandalosas violaciones contra menores de edad.
