Opinión

Escritos apresurados

Escritos apresurados

Cambio de origen geriátrico
En mis más de cincuenta años de actividad periodística, cuando he enmarcado artículos dentro de columnas en medios escritos, estos trabajos han sido de carácter costumbrista con algún contenido de humor.

De ahí los títulos de esas columnas: Estampas Dominicanas, y Cogiéndolo Suave, los cuales he recogido en varios volúmenes con éxito de ventas.
Pero desde que alcancé el pasado año la condición de octogenario, consideré que por esa circunstancia debía escribir sobre temas variados.
Pero queda sobreentendido que por la veracidad de la frase que señala que el estilo es el hombre, el humor no desaparecerá totalmente de mis escritos.

Fue lo que hice durante varios meses en el suplemento Semana de este diario, pero que Dios mediante ahora realizaré bajo el título de Escritos Apresurados.

Porque en aquellos trabajos predominaban casi de forma absoluta temas alusivos a las bellas artes, de las cuales soy aficionado desde los días de la pre adolescencia.

Por eso experimento grata satisfacción por iniciar la columna con mis impresiones sobre lo que será el concierto inicial del Festival Musical de Santo Domingo hoy jueves.

Porque parte protagónica de ese evento será la conducción de un versátil inmenso talento musical dominicano, que es José Antonio Molina, y que entre las obras del programa está el hermoso y popular Concierto para piano y orquesta número 2 del compositor ruso Sergei Rachmaninoff.

Además los asistentes gozarán del privilegio de escucharlo interpretado por el afamado solista Behzod Abduraimov, acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional, cuyo bien ganado prestigio sobrepasa con creces los límites de nuestra geografía.

Previo al concierto que será celebrado en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, Margarita Miranda de Mitrov y Eduardo Villanueva hablarán en el bar de la institución sobre temas de la más universal de las bellas artes.

Este festival tiene como sustentación a la Fundación Sinfonía, cuya presidenta, Margarita Copello de Rodríguez, es una de las más fervorosas amantes del género sinfónico que he conocido.

El Nacional

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