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Eslovenia, un paraíso vitícola renaciente

Eslovenia, un paraíso vitícola renaciente

Por Bojan KAVCIC

ORMOZ, Eslovenia, 12 Ago 2015 (AFP) – A menudo ignorada en el mapa mundial de los vinos, Eslovenia quiere hacer valer su condición de antigua región vitícola al relanzar una producción de calidad, después de cuatro décadas de colectivismo yugoslavo.

El secreto está todavía bien guardado entre los expertos: el vino esloveno existe y forma parte de las producciones que prometen tener un buen futuro, por su particularidad y la variedad de los suelos, en el cruce de los Balcanes, Italia, Hungría y Austria.

Los investigadores lo confirman: la cultura del viñedo en la región se remonta a la época celta, hace 2.400 años, antes de la invasión romana.

La leyenda local afirma que los caballeros de las cruzadas, camino de Tierra Santa, quedaron fascinados por la calidad del néctar local, hasta tal punto de renunciar a seguir con su viaje y preferir establecerse en el lugar y rebautizar su nuevo paraíso como “Jerusalén”. No obstante hoy día, “nadie conoce nuestro país, nuestro apellido, nuestro vino, nuestras cepas”, señala Tatjana Puklavec, responsable de la bodega Puklavec and Friends en Ormoz, en el noreste de este pequeño país de dos millones de habitantes.

“Por lo tanto debemos ser los mejores”, sonríe la joven mujer con la casa que representa el renacimiento de los vinos eslovenos.

– Decadencia y renacimiento –

Distribuida en unos 20 países y convertida en la principal exportadora nacional, la bodega resurgió de verdad en 2009. Tatjana Puklavec cuenta que su abuelo Martín, afincado desde los años 1930, había asociado en los años 50 a unos cuarenta colegas para crear una importante cooperativa, que había equipado bodegas de siete niveles. Todo ello antes de ser relegado a tareas subalternas por las autoridades comunistas.
La cooperativa siguió progresivamente decayendo hasta la nueva compra hace unos 6 años por el padre de Tatjana Puklavec, Vladimir, que se había exiliado en Alemania donde había hecho carrera

“En 2008, tuvo una llamada de un antiguo compañero de clase que le dijo que la bodega estaba a la venta”, recuerda la joven.

La decisión no se hizo esperar: la familia reunió el capital necesario, compró el negocio y lo modernizó de inmediato. Sin experiencia en la profesión, los nuevos viñadores contrataron al maestro bodeguero Mitja Herga.

“Acordamos que queríamos producir vinos blancos fríos, afrutados y minerales”, explica Tatjana Puklavec.
La compañía explota hoy día no menos de 1.100 hectáreas de viñedos y produce 65.000 hectolitros por año, o sea alrededor del 9% de la producción nacional. La bodega fue tomada como referencia por Tesco, gigante británico de la distribución.

– Variedad de climas y de suelos –

Pese a contar con un puñado de ambiciosas bodegas, Eslovenia exporta todavía menos del 10% de su producción. Y es que la gran mayoría de los viticultores poseen menos de una hectárea de viña y el vino es ante todo consumido localmente, a razón de 39 litros por habitante y año.

Especializado en los vinos blancos, el país ofrece, a pesar de su territorio reducido, una gran diversidad de climas y suelos, con la orilla del Adriático de un lado y los Alpes muy cerca. Además dispone de una gran variedad de cepas. Más allá de los ineludibles sauvignon, chardonnay, pinot blanco y otros pinots grises, el país se presta en especial para el cultivo del ‘welschriesling’ y del ‘sipon’, la variedad local del famoso ‘furmint’ (tokay) húngaro, lo que le abre las puertas a combinaciones y sabores desconocidos para los paladares extranjeros.

“Unos enólogos nos confesaron lo siguiente: ‘ni siquiera puedo decir a qué recuerda porque es verdaderamente único. ¡Por fin algo nuevo que viene del Viejo Continente'”, cuenta Tatjana, que exporta sus vinos tanto a Nueva York como a Sao Paulo.

El Nacional

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