Opinión

¡Eso no es un juego!

¡Eso no es  un juego!

A propósito de la compra navideña de regalos para niños y niñas, cada persona relacionada, debemos preguntarnos si los juguetes que regalamos son para el pasado o para el futuro, contando que, juega jugando, los juguetes son un instrumento ideológico del que sirve al sistema para perpetuarse o para cambiar.

En nuestro país, el mercado no se obliga a tomar en cuenta que los juguetes son objetos construidos para que la niñez juegue, entendiendo el juego como ¨comunicación y expresión, combinación del pensamiento y acción, un medio de aprender a vivir, relacionado con todos los aspectos de la vida y que contribuye al desarrollo físico, mental y social de niñas y niños¨, como indican las normas comunes para la fabricación y distribución de juguetes en la Unión Europea, para dar un ejemplo.

El mercado local juguetes debe tener en cuenta estos fines. Además de dependiente de las importaciones, sumamente tradicional y sexista, ofrece muñecas y sus accesorios, junto con colecciones de utensilios de cocina, para las niñas; y para los niños, imitaciones de armas sofisticadas muy parecidas a las reales, equipos de asalto bélico, vehículos de combate, entre otras líneas de objetos de ataque. Lo que contribuye negativamente al desarrollo físico, emocional y social de la niñez, fortalece los roles tradicionales de hombres y mujeres, recicla los mitos y estereotipos que generan violencia por razón de género y promueven las armas.

Hay que tener en cuenta diez cosas para comprar juguetes:
1. Deben atraer la atención del niño o de la niña para jugar con él más de una vez.
2. Deben potenciar el desarrollo de la imaginación y la creatividad.
3. Deben ser adecuados a la edad y gustos.
1. Tienen que ser seguros.
2. Cuando juegue con él, el niño o la niña tiene que sentirse satisfecho/a.
3. No debe reproducir estereotipos sexistas.
4. Puede ser utilizado por niños y niñas indistintamente, y si al mismo tiempo es compartido, podrán jugar aprendiendo en el valor de la cooperación.
5. Debe ayudar a los niños y a las niñas a respetar diferencias culturales y étnicas.
6. No debe fomentar comportamientos violentos.
7. Debe promover valores humanos y personales.
Por lo demás, es necesario que niños y niñas adquieran conductas de cuidado, desarrollen la empatía y expresión de sentimientos, como ensayo de futuros roles de su vida adulta, si queremos el cambio necesario para una mejor ciudadanía.
No es tan difícil, solo hagamos posible que jueguen a cambiar el mundo!

El Nacional

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