Las obras del reconocido pintor Fernando Peña Defilló pueden ser disfrutadas en el museo que lleva su nombre, ubicado en la calle Padre Billini esquina José Reyes, frente a la iglesia Regina Angelorum.
Este espacio cultural, que abrió sus puertas en una renovada casona del siglo XVII, en la Ciudad Colonial, fue renovada respetando su condición de patrimonio monumental, con el fin de compartir con la presente y futuras generaciones el legado del un gran maestro de la pintura dominicana.
Auspiciado por la fundación Fernando Peña Defilló, que preside George Manuel Hazoury Peña, el museo busca presentar al gran artista y ser humano excepcional que desde muy joven ha resaltado su dominicanidad, tratando siempre de redescubrir la realidad del país en diferentes etapas.El museo aloja la colección privada familiar del artista, que consta de 270 obras.
El arquitecto Alex Martínez Suárez, responsable de la museografía y de la coordinación general del proyecto, explicó que se habilitaron tres salas de exposiciones contiguas y una biblioteca, espacios que fluyen alrededor de un patio central.
La crítica de arte Marianne de Tolentino, curadora de las obras, define a Peña Defilló como un artista excepcional, que de manera incomparable ha gestado un mundo de sensaciones visuales, personales y sociales.
Nacido en Santo Domingo en 1928, Fernando Peña Defilló estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde recibió clases de artistas españoles como José Gausachs, Manolo Pascual y Vela Zanetti y nacionales como Celeste Woss y Gil y Gilberto Hernández Ortega. En 1951 viajó a Madrid, España, donde además de ser estudiante libre de la Escuela de Arte de San Fernando, recibió clases en el estudio-taller del afamado pintor Daniel Vázquez Díaz. Regresó al país en 1963. Desde hace 25 años se retiró a Jarabacoa, donde encontró el espacio ideal para plasmar las imágenes que bullían y siguen bullendo en su cabeza.
