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Espacio juvenil

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Desafío moral

Si la cajera devuelve cien pesos de más en su compra, cualquier persona común lo piensa antes de devolverlos.
Cuando le venden una película pirata a 50 pesos en la calle, cualquiera lo considera una oportunidad y la aprovecha.
Descargar la actualización de Microsoft craqueada en una página ilegal para ahorrarse 2,500 pesos es una práctica común.
Encontrar y devolver una cartera en la calle es una excepción.

Si un político ofrece una botella en el gobierno con un sueldo de seis números no siempre se rechaza.
La tentación es un permanente desafío moral a que está sometido el ser humano, sobre todo en países con tantas necesidades como el nuestro.

Y, como decía Lord Acton, todo poder corrompe.

Cuando hablamos de poder no nos referimos a estatus social, económico o político. Nos referimos a la oportunidad de salirnos con unas acciones que sabemos son incorrectas pero que nos benefician de cierta forma.

La persona no nace con malas intenciones, no está en nuestros genes si no que las adquirimos por diferentes medios sociales. Se aprende hasta en la propia familia cuando el padre compra una película pirateada o robado porque se trata de una oportunidad. Y habitualmente alega que las oportunidades hay que aprovecharlas.

La queja común es la corrupción política que usa fondos públicos para intereses privados; comprar votos en elecciones, mentir a la población, crear ministerios innecesarios para beneficiar prosélitos, familiares y amigos que todos aprovechan como oportunidad.

La conclusión entonces es que si la sociedad está maleada la corrupción está justificada. Y de que la gente esté tentada a actuar fuera de las reglas el único responsable es el poder político.

El Nacional

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