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Luis Pérez Fondeur

Un año de misterio

 

 

Se acaba de cumplir un año de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien investigaba el atentado a la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) de 1994, que dejó 85 muertos, el peor ataque terrorista de la historia Argentina. En las investigaciones sobre el caso que lleva la jueza Fabiana Palmaghini se descarta la hipótesis de un homicidio y se profundiza en la línea del suicidio. La fiscal Viviana Fein, que desde principio estuvo apoderada, pero que en diciembre pasado fue apartada dijo que para ella “es lo mismo determinar si fue un suicidio o un homicidio”; y que si tuviese la certeza de que fue lo primero, la causa “ya hubiera culminado”.

Según los resultados de la autopsia, la mano derecha de Nisman sufrió “un espasmo cadavérico” (es una forma rara de endurecimiento muscular que ocurre en el momento de la muerte y persiste hacia el periodo de rigor mortis).

Un dato clave para saber si otra persona tuvo alguna participación en la muerte del fiscal es si se produjo algún ingreso a su apartamento. La causa oficial descarta que haya entrado algún individuo a la casa del fiscal entre el sábado 17 y domingo 18 de enero de 2015, mientras que la querella sostiene lo contrario.

Pero el departamento de la torre de Le Parc tiene al menos tres accesos: la puerta principal, la de servicio y el último, un pasadizo estrecho donde se ubican los aires acondicionados y que comunica con la vivienda continua.
Allí, los investigadores descubrieron una huella de pisada y otra dactilar, aunque no se pudo determinar a quién pertenecían porque los rastros eran insuficientes.

El cadáver de Alberto Nisman fue hallado en posición “de cúbito dorsal” –acostado de espalda- en el piso del baño de su departamento, con el brazo derecho “semiflexionado y rotado” hacia la cabeza.
Sin embargo, la querella sostiene que el fiscal estaba de rodillas sobre una sola pierna y mirando hacia la bañera en el momento del disparo.

Para resumir, el expediente que lleva adelante la jueza Palmaghini descarta en todo sentido que Nisman haya sido asesinado. Y pone el foco en determinar si fue suicidio o suicidio inducido.

Por el contrario, la querella, encabezada por la exesposa de Nisman, afirma que la muerte del fiscal fue un homicidio.
Lo cierto es que, a un año de la muerte de Nisman, el misterio en torno a este caso sigue vigente.

El Nacional

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