Opinión

Espacio Juvenil

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Luis Pérez Fondeur

El que  lee mucho…

 

El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho. – Miguel de Cervantes. Los días alrededor del 23 de abril son irónicos, tristes y a la vez especiales. El 22 de abril nace Vladimir Nabokov. Ese mismo día fallece Miguel de Cervantes. El 23 de abril fallece William Shakespeare.

Esos personajes no son meros nombres en el viento de la historia, no son figuras políticas, ni estrellas del rock o astros del football. Son padres de la literatura, cada uno en su propio estilo y lenguaje.

Miguel de Cervantes ( “El principie de los ingenios”) es la máxima figura de la literatura española, nacido en Alcalá de Henares; su vida, desde joven, estuvo marcada por la mala suerte: endeudamiento de su familia, pérdida de la movilidad de su mano izquierda por heridas de guerra y encarcelamiento. Con el espíritu de un genio intentó escapar cuatro veces de la cárcel, pero fracasó por traición de sus compañeros.

No fue hasta que su obra maestra “El Quijote de la Mancha” saliera a la luz que lograría reconocimiento. La obra fue la primera en su tipo, burlándonse elegantemente de las típicas obras de caballeros de la época.

William Shakespeare, autor inglés con tantas obras publicadas como casi palabras inventadas, considerado el escritor más aclamado y famoso habiendo trascendido figuras como Dante, Tolstoy y Dickens, tuvo una infancia de problemas económicos, derivada de malos negocios de su padre, a causa de los cuales tuvo que abandonar la escuela.

Shakespeare siempre fue considerado culto pero nunca en exceso. Comenzó desde abajo, trabajando en la compañía londinense King´s Men. Primero fue conocido como autor antes que escritor. Alcanzó fama después de la publicación de su poema Venus y Adonis. Después de varias obras escribió las grandes tragedias con detalles realistas como “Hamlet, el dilema moral entre venganza y perdón; Otelo, la crueldad de los celos, y Macbeth, la tentacion del poder”

Vladimir Nabokov, nacido el 22 de abril, fue un escritor ruso que no tuvo los mismo problemas económicos que los anteriores, sino que creció en una familia aristocrática, lo que le permitió estudiar sin problema alguno. Desde joven le enseñaron ingles y francés. Su versatilidad con los idiomas fue de gran influencia en sus obras, entre las que sobresale “Lolita”.

Esos personajes escribieron para ser recordados a través de los tiempos y pasar a la eternidad como los grandes nombres de la humanidad.
“Nosotros vivimos y respiramos palabras. Fueron los libros que me hicieron sentir que quizás no estaba solo. Ellos podían ser honestos conmigo y yo honesto con ellos”, decía William Herondale. Con Cervantes, Shaskepeare y Nabokov hay que repetir lo mismo.

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