Opinión

Espionaje no cuenta

Espionaje no cuenta

Si alguien todavía lo ignoraba, Estados Unidos se ha ocupado de recalcar a raíz de la tenaz persecución contra el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad, Edward Snowden, que en definitiva el poder es lo que cuenta. Europa se indignó por el espionaje masivo de que en violación de todas las normas fue víctima de los servicios de seguridad de Washington, pero a la hora de la verdad no vaciló en cerrar filas con el Gobierno norteamericano, como evidencia el atropello a que se prestaron Italia, Francia, España y Portugal contra el presidente boliviano Evo Morales.

El muy carismático presidente Barack Obama se permitió regañar a China, esa China que suele presentarse como una gran potencia, e incluso amenazar a Rusia por el caso de Snowden. Vladimir Putin no se ha atrevido a proporcionarle asilo, por temor, y no otra cosa, a represalias.

El caso ha tomado un giro tan espectacular, por supuesto que dirigido por los tentáculos del poder estadounidense, que el espionaje con que se violaron todas las leyes ha quedado relegado a un segundo plano. Washington actúa como si fuera la víctima y Snowden, que ha perdido la condición de héroe solitario que se le concedió en principio, el gran villano.

Estados Unidos ultraja el principio internacional pero nadie con cierto peso se atreve a encaminar una acción ante la inoperante, al menos para casos de esa naturaleza, Naciones Unidas. Snowden, a quien ni Ecuador se atreve a acoger en su territorio, es el malo de la película por filtrar el espionaje, no quien cometió los hechos.

Si es que no lo llevan a tomar una decisión desesperada, más temprano que tarde será entregado a Estados Unidos. Lo que ocurrió con Evo Morales, de quien ni siquiera se respetó su inmunidad al negarle el espacio aéreo de varios países, es la prueba más palpable en ese sentido. Cuando capture a quien no es más que un alma en pena, el espionaje ya ni siquiera contará. Y Estados Unidos podría hasta ser visto como un héroe al estilo el Viejo Oeste.

 

El Nacional

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