Opinión

Estado laico

Estado laico

Todas las personas que tienen la fe católica tienen todo el derecho del mundo de tenerla, pero de ninguna manera esta religión puede imponerse como política de Estado. Con el tema del aborto se están transgrediendo otra vez los derechos humanos.

No estamos en la edad media, -pero casi- puesto que aunque el Presidente, la ministra de Salud, gremios médicos, abogados y el 70% de la población están de acuerdo en despenalizar el aborto por tres causales, nuestros legisladores se resisten a hacerlo por miedo a las autoridades eclesiásticas.

El compromiso de quienes deben discutir la ley y no lo hacen es una responsabilidad política y social que atenta contra los derechos humanos, la democracia y contra la laicidad y tiene una responsabilidad directa del PLD como clase política con las mujeres.

Afortunadamente en un Congreso pletórico de testosterona y religión, la Comisión de Género propuso una ley sobre el aborto que deberá conocerse antes de aprobar el Código Penal y así evitar que la misma caiga en el olvido.

En esta semana, Chile aprobó la interrupción del embarazo, dejando al Vaticano, Malta, Nicaragua, El Salvador y República Dominicana como los únicos Estados que mantienen la prohibición por todas las causas.

Sin embargo, pese a las decisiones que tomen los legisladores, las 50,000 mujeres que abortan anualmente seguirán haciéndolo solo que las que no tienen como pagarse un médico tendrán que agenciarse una serie de artimañas para no morir en esta decisión.

Lamentablemente, el 10% de las muertes maternas está relacionada a los abortos inseguros.

Lo que se impone es plantear una discusión sobre la necesidad de un Estado laico. Básicamente que el Estado deje de subsidiar las escuelas y universidades privadas que tiene la Iglesia católica.

Es muy necesario insistir con esto de la laicidad del Estado. Que se saquen todas las cruces y los crucifijos de las oficinas públicas, de los despachos de los jueces y de las escuelas. Asegurar los derechos de las mujeres y niñas a la salud, a la vida, a la dignidad y al disfrute de la salud sexual y reproductiva.

El Nacional

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