Opinión

Este es el chance

Este es  el chance

La impunidad ante la comisión de actos de corrupción pública y privada en este país, es el resultado de dos variables fundamentales: Ausencia de voluntad política para combatir un mal debido al simple hecho de que a través de él se obtiene y preserva el poder y falta de conciencia ciudadana que ha impedido descubrir la repercusión negativa en todos los órdenes que genera ese flagelo.

En la actualidad, las cosas continúan idénticas en lo que concierne a la vigencia de una actitud política que lejos de tomar medidas para erradicar la problemática, la estimula por puras conveniencias coyunturales.
En lo que sí han cambiado las cosas es en lo relativo al despertar de la conciencia ciudadana que, al fin, ha colocado el tema en el sitial requerido y ha iniciado un movimiento social nucleado en la Marcha Verde que se ha erigido en mecanismo de presión imposible de soslayar en este momento.

A esa segunda circunstancia se ha sumado el carácter internacional del expediente debatido en el presente, el cual está en su fase inicial. De no haber sido por ese componente foráneo y la variable ciudadana, aquí todo seguiría igual. Pero nada, absolutamente nada, podrá ser lo mismo que antes, porque a pesar de la comprensible incredulidad de muchos, los acontecimientos han significado un punto de inflexión en el ejercicio público en esta nación tan merecedora de mejor destino.

No obstante, lo peor que puede ocurrir es considerar que todo está consumado. Es evidente el esfuerzo desplegado por manipular los hechos y el derecho como forma de amortiguar los efectos de episodios que han resultado ineludibles por las razones explicadas. Eso hay que enfrentarlo.

La tarea ciudadana es constituirse en una especie de veedor riguroso del proceso judicial iniciado y que ha sido posible por factores que hay que continuar estimulando para evitar que el mismo pretenda ser despachado con una de las patrañas habituales.

En contra de la voluntad del poder, por encima de sus deseos y conveniencias políticas, en función de un conjunto de circunstancias que le son ajenas, se ha presentado el gran chance que podría significar un antes y un después en lo que ha sido un manejo inescrupuloso del patrimonio público.

A esto que ha sido desatado no se le puede perder el rastro, de la sociedad depende que se obtenga todo su potencial, o que nueva vez seamos esquilmados en nuestra ingenuidad.

El Nacional

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