Opinión

ESTO PIENSO, ESTO CREO

ESTO PIENSO, ESTO CREO

En busca de lo perdido u olvidado

…Para el retorno de los buenos hábitos, como única respuesta

Jamás había pensado que al girar y girar el mundo, el ambiente y las costumbres iban a evolucionar de esta manera. Pero si cierta y verdaderamente no es una ilusión óptica o un mal sueño, todo esto que ahora vivimos hay que volverlo al revés.

 Me asombra el cinismo y su alocado auge y la caradura de muchos al pretender prohibir que tengamos el derecho de penetrar a otras esferas del diario vivir que otrora era algo natural. Por eso es que hay que volver a las raíces –como dice un amigo, volver a Capotillo-, sin renunciar a las cosas buenas que se han logrado, pero hay que hurgar hasta volver a encontrar el éxtasis que conocíamos como hombres de bien, antes del cisma amoral que nos ahoga.

 La vida se desenvuelve dentro de constantes e interminables contradicciones, caracterizándose como tanto las buenas obras y costumbres que ocupan un mismo lugar, como algo necesario dentro del todo. Yo creo, que al parecer, aún no llegamos a comprender la verdadera naturaleza del mal y que cada vez que nos hacemos los sordos y ciegos o peor nos convertimos en portadores de chismes, intrigas y mentiras de igual manera adoptamos la misma categoría inmoral de los genios creadores del mal.

 Hay que retornar a los buenos orígenes establecidos por la naturaleza. Es imprescindible cambiar hábitos contaminados por otros limpios y puros y ejercitarlos una y otra vez hasta que vuelvan a formar parte íntima de nuestro comportamiento. Muy a pesar de que “comenzamos a morir apenas nacemos; y el fin tiene conexión con el principio”, como manifestara un gran pensador. El hecho es que si nos aferramos a la causa y sus efectos tendremos que convenir que en unos y otros vivimos en mundos diferentes, imposibles de compatibilizar.

 Son esos hábitos  los que nos permitirán mantener contacto y adherencia  con una  realidad y no con otra, y que nos permite llevar nuestras acciones por el camino correcto y no por aquél que los descarriados nos quieran imponer. En esto hay un querer decir como Empédocles; “la tierra que tengo en mi ojo capta lo que hay de tierra en lo que veo, el aire capta lo que es aire y el fuego lo que es fuego”. Si el ojo hubiera carecido de uno de esos elementos, no habría podido ver la naturaleza en su totalidad.

 Decían los sofistas que los seres humanos no eran capaces de encontrar respuestas seguras a los misterios de la naturaleza y a ese comportamiento humano, más en estos tiempos errantes, malignos y corruptos. Toda una verdad. Vivimos de asombro en asombro ante personas que no adquieren experiencia y al parecer ni siquiera el descrédito los amilana, sólo el lúgubre y patético chirriar de la puerta de la cárcel al cerrarse los puede contener.

 Muy a pesar de la falsa creencia de los engreídos y de ciertos analistas, leguleyos y trogloditas de que el hablar y propagar lo que les venga en ganas y a la vez creerse que el  no haber respuesta inmediata es un triunfo, a esos orangutanes, primos y cuñados, pre-pagos todos, sólo les recuerdo a Sun Tzu con relación aquello de que: “hay terrenos o situaciones en los que no hay lugar a la disputa”, pero también no se debe olvidar que “los generales que entienden las variantes posibles y conocen sus ventajas saben como manejar sus tropas”. En otras palabras, estúpidos, no confundan el silencio con el miedo o temor y “quien no quiere perder que no juegue”.

En su momento la respuesta les llegará, no lo duden, porque esas nubes traen sus tempestades, porque los seres abyectos y miserables, que viven de intrigas en intrigas nunca viven tranquilos ni felices, porque viven recelosos de ver la luz del sol, evitando que la misma ponga al descubierto su ennegrecida  conciencia.

Y vuelvo a decir que lo que ustedes consideran como una victoria aplastante acabará como una victoria pìrrica que en menor tiempo que imaginan terminará como terminan todas las mentiras, traiciones y deslealtades; en una derrota esplendorosa, pero derrota al fin y al cabo envuelta por el polvo, porque así son todas las causas de los caídos. Así será. ¡Si señor!

El Nacional

La Voz de Todos