Opinión

ESTO PIENSO, ESTO CREO

ESTO PIENSO, ESTO CREO

 Pretender desconocer, como expuso Marco Aurelio, que aun vivas mil años nadie deja otra vida que la que está viviendo y que tampoco es otra la que deja atrás, es simplemente una ilusión ilógica. Y, por otra parte, se muestra como una verdad inmutable, que todas las cosas se repiten circularmente sin importar los años transcurridos, estando presente como muestra, el accionar indelicado y la ambición sin límites de la mayoría de nuestros políticos. Verbigracia, las nuevas leyes de placas y de las FF.AA.

 Todo en ellos sufre retorcimiento, desde su oratoria hasta su degradante accionar. Hacen y producen leyes y reglamentos para provecho personal o partidista, justificándolas hasta el extremo, de muchas veces hacernos creer culpables de los desafueros por ellos cometidos o incentivados.

 Solo veamos la desconsiderada nueva ley de las FF.AA sobre la cual no deseo siquiera imaginarme que existe; por igual la desgraciada, perversa y abusiva ley de placas, mientras se hacen de la vista gorda con el desorden imperante en el uso de las mismas, donde los “pobres padres de familias” –si es que las compran- hacen sus labores de concho y taxis, con chapas de familia o privadas, lo que conlleva a un verdadero caos del orden y control que hace tiempo se perdió, y que atenta hasta con la propia seguridad ciudadana. A todo esto, les importa un bledo a nuestros “representantes” y funcionarios. Nueva ley de placas, nuevos impuestos para el derroche de los políticos clientelistas y nueva presión para la pendeja clase media pero… ¡no pasa nada!

 Y no pasa nada, porque este pueblo se adaptó a esta situación y por lo mismo, continuamos pasando las mismas penurias. Por eso el conformismo nos consume y cada día somos menos nación, menos patria, menos país y por lo tanto, menos ciudadanos con derechos y mucho, pero mucho más pendejos.

 Se alude a la ley del Ministerio de Administración Pública solo para los pendejos que no pueden hablar ni decir esta boca es mía, verbigracia; los militares y policías. A todo esto, la clase política se las brinca todas y nada pasa. Regalan o se meten en los bolsillos el dinero del pueblo por cientos de millones y nada pasa.Mientras todo esto ocurre, la ordalía a que son sometidos los militares y policías, sordos y mudos por disposición de los políticos, al parecer, continuara por muchos años más.

 En tanto, por las calles de Dios, un equipo de aventajados anda ofertando sus servicios para el pago de todo aquel que este figurando en la deuda pública –mientras más, mucho mejor- por el mísero treinta por ciento del total a cobrar pero, esto no lo conoce el mandatario porque nadie se lo dice, ya que al parecer, ni lo servicios de calieses lo sabe. Claro, si fuese un chisme de seguro lo sabrían todos. Y, aun digan que no, que esto no es así y, aun me obliguen a desmentirlo, solo podría decir como Galileo “eppur si muove” (pero se mueve).

 Porque aquí todo lo enmarañan, lo enredan o desvirtúan estos políticos, muchos de ellos más que chabacanos, más que vulgares y que han encanallecido las profesiones militares y policiales, estableciendo una trofalaxia de indelicadas acciones que cualquerizan la institucionalidad en general.

 Porque además de esto, en este país todo se circunscribe a operativos. Si el tema de las putas resurge ¡un operativo! Y después nada; si la basura se come a Boca Chica, ¡un operativo! Mientras no hacen nada para remediar el mal; si los “pobres padres de familia” no sacan placas y hasta utilizan las privadas para su trabajo, ¡un operativo!; si transitan por los elevados motoristas, camiones y “voladoras” ¡un operativo; prosiguen falsificando los fármacos donde todo el mundo sabe, ¡un operativo! Y después… ¡M…! ¡Si señor!

Twitter:@rafaelpiloto01

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