Opinión

ESTO PIENSO, ESTO CREO

ESTO PIENSO, ESTO CREO

El mismo sueño, el mismo decir “basta ya”

Porque… “Los que tratan de embaucarte son siempre simpáticos”.

“Qué bien, Compadre Mon, tu voz de mito/ se me ensanchaba, cuando me decías; -en aquel vientre me madura un grito-”. Y que grito,  “basta ya”. ¡Carajo! Un grito angustioso sin saber si el tiempo dará tiempo para calmar las ansias, anhelos, esperanzas  y tantas cosas que se deben hacer. Patria, no grites y aguanta como debe de ser.

 Las mentes iluminadas tendrán que ver con los ojos de la sabiduría. Los malvados no podrán tender en todo el tiempo este manto de sombra sobre la verdad, la institucionalidad y el procedimiento de cómo deben ser las cosas, aunque escrito esté que “las palabras del chismoso son golosinas que bajan hasta el fondo de las entrañas”. En vos confío, se le dice al amigo y a todos aquellos que estamos unidos por el cordón umbilical de los principios morales inculcados en el seno de la familia y,  a todos aquellos que han sido nobles en principio y aunque las circunstancias han hecho un cerco de perversidad en su alrededor, para que reflexionen sobre la inevitabilidad de las cosas y no cejen en la lucha tras la búsqueda de la virtud.

 Es por eso, que quiero parodiar a ese gran pensador del estoicismo romano llamado Marco Aurelio y decir que “no permitas por más tiempo ser esclavo, ni te dejes manejar como una marioneta por un impulso antisocial, ni te irrites con el destino presente, ni rehúses el destino futuro”. Ese mismo futuro que castra o inmortaliza, dependiendo de ese entorno que engrandece o desacredita, formado por esa corte que existe desde que el mundo es mundo y que por siempre existirá, formado por bufones, aduladores e “indelicados” que en nada le importa el futuro del rey sino, el suyo, sólo el suyo.

 Por eso, hoy es buen día para recordar a los hombres de principios y que tienen la sagrada misión de conducir a otros, que aún estamos a tiempo para ganar la guerra a los desposeídos de principios, valores y moralidad, teniendo muy presente, que el tiempo de actuar es corto, ya que, más temprano que tarde, sólo seremos “cenizas o esqueletos, y un nombre, o ni siquiera un nombre”, un eco que se pierde en el vacío, nada de lo cual sentiremos pero, algo por lo cual algunos bien morirán y otros mal vivirán.

 Esa es la razón,  por la cual, es ahora y aquí, decir y hacer como un viejo eslogan político, ¡basta ya!”, dirigido a los corruptos, indelicados, desleales e inmorales que se pavonean en nuestras instituciones civiles y militares. “Basta ya” de ponerle “banderillas” o darle un par de “verónicas al problema,  hay que saltarse a la torera y darle la estocada final.

 Y lamento,  aunque no tanto, el hecho de que muchos se estén cansando de esta cantaleta mía, pero, es innegable,  que para tener una gran nación, una mejor Patria y un país que haga alarde de estar ubicado en la misma trayectoria del Sol, hay primero que tener una gran familia. Pero, si no ponemos las condiciones para fortalecer la misma, nunca podremos decir como Thomas Jefferson; “Los mejores momentos de mi vida han sido aquellos que he disfrutado en mi hogar, en el seno de la familia”.

 Y, como los malaleches, corruptos, indelicados y desleales desconocen y confunden el término “familia” con gangster, mafia, cosa nostra, promoción, asociación de malhechores, etc. es que para tener Patria, para tener Nación, para ser País, para tener Familia, a todos estos malandrines, con y sin uniforme, hay que decirles, simplemente, ¡basta ya! “Y que no me diga la geografía que es un puntito la tierra mía,/ voy a gritar; que es pequeñito también el mar”. Así de simple. Así nomás. ¡Si señor!

 “Seamos nosotros mismos el cambio que deseamos ver en este mundo”.

M. Gandhi.-

El Nacional

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