Opinión

ESTO PIENSO, ESTO CREO

ESTO PIENSO, ESTO CREO

Para llamar tu atención, si  quieres, ¡lo escribo con sangre!

Porque… “La inteligencia tiene necesidad de barbarie”.

El señor Sabina pone a uno en lo que no está, le cambia el rumbo del pensamiento a cualquiera. Justo en ese momento de debilidad, “a punto de rendirme estaba/, a un paso de quemar las naves/ cuando al borde del camino/ por dos veces/ el destino/ me hizo un guiño en forma de / labios de mujer”.

 El espíritu volvió a encenderse, a pesar de estar en esos momentos viendo y escuchando un leguleyo en la televisión, por demás desecho humano, especialista en defender y hasta justificar las acciones de sus amigos, esas lacras del narco que nos quieren ahogar en el dinero sucio, -como lo hacen con él-, que al ya ser reconocido como un inmoral y alimaña de la peor calaña, sólo los “amos” y sus cuñados hacen causa común con él, y otros los buscan para defender leñas podridas, que podrían carcomer a otros tantos, o que podrían hablar cosas que no deben. Porque ya no hay más familias a las cuales haga padecer, todo en busca de dinero sucio  y nombradía dentro de la sociedad.

 Muy a pesar de todas estas basuras humanas que pululan en los medios y tribunales y, otros tantos sin carácter, que al parecer han perdido hasta la vergüenza, los cuales se dedican a confundir la juventud, al parecer yuntao en un mismo propósito, unos con los jóvenes civiles y otros aún peores, a los jóvenes militares, a los que les quieren imponer como paradigmas a gentes que han disfrazado de militares, -uniforme que no se apean-, que ni en sus años de pleno apogeo de servilismo y “lambonería”, pudieron llegar a nada en el estamento militar y que ahora, desvergonzadamente lo quieren presentar como apóstoles y líderes a los cuales les rinden homenajes como si fuesen tales. Aún así, unos ojos cautivadores y una figura de mujer sin rostro, nos dan ánimo para decir ¡charlatanes y sinvergüenzas!  Tanto los unos como los otros.

 Pero, todo es peccata minuta para esta sociedad, que se conforma con decir que “lo que no se va en lágrimas se va en suspiros” y así corre todo. Las cosas importantes y más si son sobre orden, justicia, moral y principios éticos se tratan con ligereza, como si todo fuese farándula, pasajero, vamos a decir, como si fuese un “periódico de ayer”. Y ni hablar de la timidez, que esta sociedad pendeja, -por no decir otra cosa- junto al miedo y la sumisión que luce, que hasta a veces se presenta como timorata, agregando a esto un comportamiento sobre ciertos temas tan cauta que parece paralizada para tratar de parar el abuso y hacer que impere la tiranía o el imperio de la ley.

 Pero nadie quiere oír, entender las cosas simples que engrandecen una nación. Parodiando a don Juan José Ayuso, podríamos decir “comedia para reírse hasta que duelan las mandíbulas pero, (a la vez) una tragedia para llorar hasta que se sequen los ojos”. Y a nadie le importa un bledo. Por eso mis palabras son como dagas que en la madrugada tratan de abrir la penumbra en busca de la luz, esa claridad que nos permita salir de la marisma institucional que más tarde que temprano nos ahogará en la ineficiencia mortal, la corrupción asesina y la peor epidemia que hasta ahora haya conocido la nación.

 Ejemplos de lo anterior sobran, aunque con propiedad podríamos citar el caso lamentable de las fuerzas armadas. Si no rescatamos los principios morales e institucionales, la supuesta tranquilidad se dará de frente con una triste y dolorosa realidad.

 Pero, nadie escucha ni le interesa nada de esto, por esa razón es que te reitero: “si quieres te lo digo en grande/ directo al oído en un altoparlante/ o si quieres puedo ser elegante y/ te lo escribo a mano en un papel con sangre”. ¡Si señor!

Los hombres de luces y honrados son los que debieran fijar la opinión pública. El talento sin probidad es un azote. Los intrigantes corrompen los pueblos, desprestigiando la autoridad.

Simón Bolivar

El Nacional

La Voz de Todos