¿Qué Pasa?

Estrellas Danza Mundial: nobleza y calidad

Estrellas Danza Mundial: nobleza  y calidad

La danza. ¡Oh la danza! ¿Cuantas veces será capaz de volver a enseñorearse en los sentidos de impacto total y emociones indescriptibles a partir del entrenamiento y la perfección del cuerpo, para sentir que el alma vuela y todo cuando es cotidiano y atroz debe hacer un alto para que la belleza sea.

La XI Gala de Estrellas de la Danza Mundial fue altar para que talentos internacionales, venidos de Cuba, (Maura Morales); Brasil,(Renán Cerdeiro); Estados Unidos,(Tricia Alberston), Italia,(Timoteo Mock), Alemania, Chile (Paul Seaquist) y el talento local, de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea.

Los Lisa Breuker y Timoteo Mock, (Ópera de Berlín/StaatthaterKarlsruhe) ofrecieron, al hacer Raymondapas de Deux, una actuación clásica de esas que llegan al alma. Armonía, conexión de esos cuerpos, delicadeza y destreza en sus formas de vivir el espíritu de ese número.

Tricia Albertson y Renán Cedeiro, (del Miami City Ballet) hicieron Apollo, sobre coreografía de George Balanchine y música de Igor Stravinsky, elevaron el nivel estético de la Gala con su complicidad expresiva y su exquisita manera de gestionar un desafío de arte de estos signos.
Maura Morales, desde la Cuba, se sintió dúctil, incisiva y enérgica.

Pieza premiada

Emigrantes, una coreografía de Marcos Rodríguez, monta esta pieza ganadora del Premio de Danza Quisqueya, con un genial manejo del símbolo de la ida infinita en procura de mejores destinos.

Eliosmayquer Orozco, Sander Robert, Erick Roque, Jonas Padilla y Marcos Rodríguez, sobre música de Sebastián Plana. Una fiesta de la sincronía.

Defilló, con coreografía Marianela Boan, ofrece seis bailarines logran contar bellamente, una a historia partidas e inmigración.

Desde el silencio (pieza con música de César Benítez, ganadora del Premio de Danza Quisqueya por elección del público) fue concretar en su punto más alto, la belleza del cuerpo humano cuando se utiliza en sus expresiones más nobles.

La gala incluyó un desnudo artístico tan y tan bien logrado, que a nadie escandalizó.

Hermoso vivir cercano de dos cuerpos, el balance de la existencia por medio de una cuerda/trapecio, dos cuerpos, los de Erick Roque y Patricia Ortega, que se hacen uno en la expresión de una danza.