Opinión

Ética y oportunismo

Ética y oportunismo

En los últimos gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), ya sea por allegados de adentro o de afuera, algunos oportunistas lograron insertarse en el tren gubernamental sin importarles para nada la organización morada, y mucho menos su líder eterno.  

Cuando los oportunistas están chupando de las tetas del Gobierno no le pierden ni pies ni pisadas al presidente de la República. Suelen hacer elogios constantes, se las ingenian para con frecuencia aparecer en los medios de comunicación junto al señor Presidente, hablan acerca del buen manejo de las políticas públicas, se codean con cierto recelo con otros funcionarios, y siempre suelen no faltar a las actividades convocadas desde el Palacio. 

Se presentan como sabedores e interlocutores de todas las cosas, pero siempre distanciándose de los demás.

En realidad, sólo se sienten cómodos cuando están cerca del Presidente, a quien, lamentablemente, pretenderán encestarles puñaladas traicioneras cuando perciban que ya todo se está acabando.

El oportunista nunca será una persona bruta o cosa parecida. Nada se improvisa; todo está debidamente calculado, premeditado, estudiado, aprendido, memorizado y más.

En conclusión, todo lo antes expresado tiene su razón de existencia. Puesto que inmediatamente después de haber quedado establecido que el doctor Leonel Fernández no sería el candidato oficial del partido morado, los hacedores del oportunismo político dominicano comenzaron a engrasar sus artillerías para, llegado el momento, lanzar andanadas de críticas contra quien una vez fue merecedor de elogios envenenados por parte de ellos.

Una cosa sí ha de quedar debidamente clara: el oportunismo político siempre ha sido dañino. Se aleja de la ética y fomenta la corrupción.

Motivos más que suficientes para darles la espalda y categóricamente rechazar a los protagonistas de tan repudiable y odioso comportamiento. Queda dicho.

El Nacional

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