Opinión

Evitemos lo de Chile

Evitemos lo de Chile

Orlando Gómez Torres

En las últimas semanas Chile se ha visto abrumado por protestas contra su sistema de pensiones. Instaurado en los 80 bajo el régimen de Pinochet, el modelo chileno de pensiones sirvió de inspiración al sistema de pensiones dominicano al punto de haber copiado hasta sus defectos.

La rentabilidad promedio de los fondos chilenos ha sido de un poco más de 8%, y hoy están pagando menos del 50% del último salario como pensión por vejez, lo que no dista no a las proyecciones para las pensiones dominicanas con la gravante de que ni tenemos una economía tan abierta y dinámica como la chilena, ni tenemos un mercado de valores igual de robusto. República Dominicana tiene que reformar su sistema de pensiones ya si no deseamos vernos en la situación chilena mañana.

Una de las primeras cosas que debe reformarse de nuestro sistema de pensiones son las barreras de entrada y las rigideces a la competencia. Mientras más de 60 entidades de intermediación financiera y docenas de cooperativas administran el ahorro del día a día de millones de dominicanos, la administración del ahorro para el retiro ha recaído enteramente en la mano de unas 5 AFP. La regulación actual hace virtualmente imposible la entrada de nuevas AFP que permitan más opciones para los aportantes, haciéndole un mercado menos competitivo, con la gravante de que la misma ley prohíbe a los usuarios cambiar su AFP más de una vez al año, una restricción incomprensible establecida en la misma ley.

La ley y los reglamentos emanados por el CNSS y la SIPEN les impiden a las AFP ofrecer a sus usuarios servicios más acorde a su necesidades y apetito de riesgo. Para el sistema de pensiones es lo mismo un trabajador de 25 años apenas iniciando su vida laboral y uno de 55 años que ya viene considerando su próximo retiro. Adicionalmente fija límites inexplicables a los aportes voluntarios que puedan hacer los usuarios a sus cuentas de retiro, impidiendo que aquellos más previsorios puedan suplir los déficits plantados en el sistema.

Adicionalmente la ley no permite a los usuarios elaborar alternativas de ahorro con sus propias AFP, ni crear junto a estas mecanismos suplementarios de ahorro, bajo los criterios y riesgos que estos entiendan con la asesoría de su administradora de pensiones. Tampoco les permite colocar parte de sus ahorros en instrumentos en mercados más grandes, rentables y seguros en el exterior obligando a los pensionados a asumir los riesgos de mercado y de divisas dominicano enteramente y sin mitigaciones posibles.

Como eventual pensionado bajo este sistema ya estoy reconociendo los mismos síntomas del problema chileno en la pensión que aspiro cobrar dentro de unos 30 años. Justo por las implicaciones de largo plazo, y por el tiempo que tomará corregir las debilidades con las que he convivido en los primeros 12 años de cotizar es que pido urgencia en una reforma del sistema de pensiones que le haga más libre y competitiv

El Nacional

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