El periódico The New York Times en su editorial del día once del presente mes de octubre, favorece que el presidente Barack Obama, en un declive palpable del apoyo de sus conciudadanos en su segundo mandato, finalice el bloqueo comercial que mantiene contra Cuba desde 1962.
Los efectos han ocasionado daños cuantiosos no sólo a la economía cubana sino mucho más a sus 10 millones de habitantes, sin conseguir eliminar al Estado socialista ni al castrismo.
En una evaluación política serena y cuantificando los propósitos originales que determinaron al presidente John Fitzgerald Kennedy imponer el embargo más que a Cuba, al entonces presidente y aún líder insuperado de la revolución cubana, doctor Fidel Castro Ruz, y en un arqueo del trayecto de 52 años, fiasco es el término más benigno que asigno a esa disposición kennedyana.
La revolución cubana ha transitado esa jornada luenga con innegables tropiezos, sobreviviendo con la nodriza de la entonces Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS), que financió con más de 5 millones de dólares diarios el primer experimento comunista en América Latina, una suma aplastante que Cuba nunca podría honrar, supliéndole petróleo por debajo del precio internacional y comprándole azúcar por encima de los spots del mercado planetario.
La nodriza de Rusia, al colapsar el comunismo en 1991, fue parcialmente asumida por Venezuela y el presidente comandante Hugo Chávez Frías, que en términos parecidos a la disuelta URSS suministra petróleo a Cuba a menor precio del spot y Cuba le paga con servicios médicos y educativos para erradicar el analfabetismo, dos asignaturas que Cuba califica con sobresaliente conforme a la UNESCO y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Instancias análogas han propuesto diferentes sectores económicos estadounidenses, inclusive empresarios cubanos del exilio de la Petit Havana de Miami, Florida, la gran mayoría jóvenes nacidos en la ciudad sol norteamericana, banqueros, comerciantes, dueños de gasolineras, azucarero como Andrés Fanjul, Ricky J. Arriola, presidente de Inktel, Jorge Pérez, magnate inmobiliario, Carlos Saladrigas, el petrolero Enrique Sosa é inclusive la ex primera dama norteamericana Hillary Rodhan Clinton favorece el fin del embargo, conforme reseñó el madrileño diario El País el 10 de junio de 2014.
La infraestructura turística cubana es una de las más opulentas del Caribe y, sobre todo, la más segura, conociendo el cubano la importancia de ese segmento económico en la frágil economía del país y donde seguro culminaría su osadía, sin comparación en el área, economía que completan las remesas y la prótesis venezolana, descrita.
El presidente cubano comandante Raúl Castro Ruz inserta variables en la maltrecha economía isleña, aflojando el dogal del centralismo y la planificación de la economía estatal, obviando los resultados pingues que el albedrío económico han reportado primero a China con la fórmula del extinto Deng Xiao-ping de “Una China, dos sistemas”, y de Vietnam, heroico pueblo indoblegable con el que Estados Unidos dispuso el crimen de lesa humanidad de una guerra devastadora que le causó más de tres millones de muertos, la destrucción del país, y estableció sus relaciones a máximo nivel, guerra abominable, consecuencia de la falsa “teoría del dominó” de Robert S. MacNamara, una falacia burda.
En 52 años de proceso comunista, la revolución cubana importa el 60% de los alimentos que consume por más de US$l,500 millones, consecuencia de la ausencia de estímulo en salarios misérrimos de US$20 al mes, que las autoridades alegan compensar porque los cubanos no pagan salud, educación, electricidad y renta de vivienda, pero los cubanos que disponen de un televisor, nevera, lavadora y otros electrodomésticos, es porque se la envían sus familiares de la Petit Havana, y así la sobrevivencia es limitada, y el porvenir gris, en que luego de más de medio siglo, todo es racionado, en filas, algo incomparable en ningún país ni en ningún tiempo por tanto tiempo.
Al comparecer al almuerzo del Grupo Corripio el 14 de mayo del 2014, el embajador de Cuba, Alexis Bandrich Vega, un diplomático cauto, agudo, sereno y avizor, expresó que luego de promulgada a principios de este año la Ley de Inversión Extranjera, su país ha recibido 30 propuestas de inversión, censurando la disposición del presidente Obama de apretar el dogal del bloqueo, un desatino, sin conseguir su diseño original.
El 20 de mayo del 2014 un grupo de personalidades y magnates norteamericanos también exhortó al presidente Obama normalizar las relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba, consignó El País, entre ellos, Jefrfrey Dadivow, Alexander Watson, John Negroponte, Charles Shapiro, George Weiksner, Andrés Fanjul, Moisés Naim y Gustavo Cisneros.
Cerciórense de esos personajes en Wikipedia.
Basta ya de apostar al pretérito en ambos casos.
