PEORIA, Arizona – Los Padres sabían que Fernando Tatis Jr. era un talento especial desde el momento en que llegó en junio de 2016. No sabían qué tan especial hasta una tarde de septiembre en Tempe.

Como torpedero de 17 años, Tatis había cautivado a los cazatalentos durante todo el verano con su fácil atletismo, su gran estructura y su suave swing. Pero eso fue en el baile de novatos. Esta era pelota de instrucción, con los mejores talentos jóvenes de todas las organizaciones.

En el primer inning de ese día, Tatis arrancó con un sencillo y se robó la segunda y luego la tercera en los siguientes dos pitcheos. En su próximo turno al bate, bateó un sencillo y robó dos bases nuevamente. En su tercer turno al bate, disparó un jonrón al campo opuesto. Por si fuera poco, agregó una excelente jugada defensiva.

“Simplemente se hizo cargo de todo el juego de béisbol”, dijo un miembro del personal de desarrollo de jugadores de los Padres. “Era claramente el mejor jugador en el campo ese día. Luego hubo una semana con todo eso. Llegaron los jonrones uno tras otro al lado contrario, hizo jugada tras jugada, y nosotros dijimos ‘Oh, Dios mío'”.

La leyenda había nacido, aunque tardó un tiempo en abrirse paso en la conciencia nacional. Tatis todavía era un producto desconocido, no se podía encontrar en ninguna cla