Reportajes

FFAA sometieron a la Justicia a  Peña Gómez por denuncia muerte de un policía

FFAA sometieron a la Justicia a  Peña Gómez por denuncia muerte de un policía

En el fragor de la campaña electoral   donde el doctor  Joaquín Balaguer buscaba  repostularse por cuarta vez,  las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional sometieron a la justicia al doctor José  Francisco Peña Gómez, líder máximo del Partido Revolucionario Dominicano, acusado de “injuriar y difamar a los institutos armados de la nación y violar la ley de expresión y difusión del pensamiento”.

Al amparo de ese sometimiento Peña Gómez fue apresado a mediados de febrero del año 1977, por oficiales   militares que se hicieron acompañar del Fiscal del Distrito, doctor Augusto César Canó González, quien ostentaba el rango de capitán de Navío de la Marina de Guerra (en licencia). Cuando las autoridades se presentaron a su residencia el dirigente perredeísta se resistió al arresto y advirtió que “solo muerto me dejaré apresar”.  Esa actitud cambió horas más tarde, luego que dirigentes del PRD le recomendaran que aceptara el arresto.

La querella tuvo su origen en  una   denuncia  de que el dirigente político había  recibido informaciones de que el cadáver del agente policial Agustín María Roque Salcedo, que apareció muerto a cuchilladas en los alrededores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo  (UASD),  había sido lanzado al lugar desde un  vehículo militar. De  inmediato el secretario de las Fuerzas Armadas, mayor general Juan René Beauchamps Javier, y el jefe de la Policía, general Neit Nivar Seijas,   procedieron a someterlo a la  justicia.  En respuesta a una pregunta del autor de esta nota, quien a la sazón servía para  el periódico Listín Diario, ambos jefes militares liberaron a  Balaguer  de la acción contra Peña Gómez, pero el dirigente perredeísta insistía en atribuir la paternidad del caso al entonces presidente de la República, “con el propósito de provocar un conflicto entre el PRD y las Fuerzas Armadas”   Balaguer negó la imputación con esta afirmación: “Yo no sé de eso… es un asunto de las  Fuerzas  Armadas y la  Justicia”.

La responsabilidad del presidente Balaguer en el  sometimiento  se hizo más evidente con la respuesta de Beauchamps a una reacción del licenciado Luis Julián Pérez, que había formado su opositor Movimiento de Salvación Nacional,  y   calificó de improcedente la querella   porque las Fuerzas Armadas, carecían de personalidad jurídica  para tales fines.   “Si los políticos fueran sometidos cada vez que critiquen a un departamento del gobierno vivirían en la cárcel. Al respecto, el secretario  militar afirmó  que llevaría  la acusación hasta las últimas consecuencias, “ya que con las Fuerzas Armadas nadie puede jugar”, expresó el alto militar. El Partido Quisqueyano Democrático (PQD) y su presidente, el  exgeneral Elías Wessin y Wessin, se expresó en términos similares a los del presidente del (MSN), y el profesor  Juan Bosch, presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en cambio, dijo que la querella era una demostración del  “avance democrático de la nación, ya que en otros países los militares utilizan métodos diferentes”.

Tres semanas después, a principios de marzo,  por recomendación del presidente Balaguer, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional dejaron sin efecto la acusación contra Peña Gómez, quien había exculpado a los institutos castrenses  de su apresamiento y sometimiento a la justicia.

Sobreseído el caso,  Peña Gómez divulgó que había sido Franklyn Jiménez Bruján quien le había  dado la información sobre el lanzamiento   del cadáver de Roque Salcedo en la UASD,  quien a su vez la había recibido del doctor Bienvenido López Deláncer. Sin embargo,  Jiménez Bruján negó ante los investigadores oficiales   haber hablado de eso, mientras López reveló que el líder perredeísta  le  confesó que no midió la repercusión de su denuncia.

Las relaciones de Peña y las Fuerzas Armadas mejoraron después de un encuentro celebrado en agosto de 1977, que encabezó Jacobo  Majluta, en su condición de presidente del PRD,  Beauchamps Javier y Nivar Seijas. En la reunión  se acordó que  los militares se comprometerían entregar el poder al PRD en  caso de que ganaran las elecciones de 1978, el PRD tendría plena facultad de ganar el poder, de hacer todos los cambios que el nuevo gobierno estimare  convenientes, mientras    los militares reiteraron que no iban a tomar parte en la contienda electoral de mayo de ese año. La dirigencia perredeísta se comprometió, por su parte:  a) no hacer ningún tipo de pronunciamientos que contribuyeran a dividir a las Fuerzas Armadas,  b) a no  explotar ningún germen de descontento entre los uniformados  y c) cada vez que se produzca algún acto de  represión militar contra perredeístas, los dirigentes del partido se dirigirán, ante todo, a sus superiores para que tomen las medidas de lugar”.

A raíz de la muerte de Nivar Seijas, en febrero de 1982, Peña Gómez reiteró que el militar fue su amigo personal “y  que había tenido buenas   relaciones con nosotros, los perredeístas; su muerte ha sido lamentable para el país”. Afirmó más adelante que su gratitud estaba comprometida con Nivar, porque éste  se había opuesto a varias tramas criminales en su contra. “Yo creo que Nivar Seijas cumplió  un papel de moderación dentro del gobierno del doctor Balaguer, y eso lo demuestra su  oposición a la banda y su oposición al crimen”.

El Nacional

La Voz de Todos