Opinión

CATALEJO

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Anulfo Mateo Pérez

Fidel y la verdad

 

La fortaleza de la Revolución Cubana y del liderazgo de Fidel Castro, que ha resistido por más de medio siglo la guerra de la desinformación y el asedio permanente desde los distintos centros de la reacción mundial, se sustenta en la justeza de sus ideas y en enfrentar la mentira con la firmeza de la verdad.

En la guerra contra Cuba, dirigida por los halcones de Washington y sus socios, una de las armas más letales usadas es la mentira, difundida a través de los distintos medios corporativos y sus agentes.

El apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, explicaba con brillantez una verdad irrebatible e imperecedera: “Los hombres se dividen en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen.”

Con el deceso de Fidel y como respuesta a las manifestaciones de pesar y solidaridad con el pueblo cubano desde todos los puntos del planeta, sus enemigos han arreciado la campaña de odio y pérfidas calumnias.

El 8 de enero de 1959 el líder cubano afirmó: “Creo que es este un momento decisivo de nuestra historia: la tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía.”

Y agregó de inmediato la siguiente reflexión: “No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario.”

Insistió el Comandante Fidel: “Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo contra el exceso de optimismo.”

Durante su histórico discurso dirigido al pueblo cubano ese 8 de enero desde Ciudad Libertad, en La Habana, Fidel preguntó: “¿Cómo ganó la guerra el Ejército Rebelde?” Y respondió: “Diciendo la verdad.”

El Nacional

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