En la última década, la epidemia de sida descendió significativamente.
Según ONUSIDA, las caídas más pronunciadas en incidencia de VIH del 2000 al 2015 en los países del Caribe, se han dado en Haití y República Dominicana, mientras que en Cuba lentamente han ido aumentando hasta ubicarse actualmente en el primer lugar por nuevas infecciones.
Cerca de 37 millones de personas en el mundo viven actualmente con el VIH, 18 millones están bajo tratamiento. En nuestro país se estima en 50 mil el número de contagiados, de los cuales 30 mil reciben tratamiento, que provee gratuitamente el gobierno dominicano. Entre los nuevos casos detectados, una parte importante son inmigrantes de origen haitiano.
Detección y tratamiento temprano, es la nueva estrategia, que está dando resultado en todo el mundo. La meta es identificar con pruebas al 90% de los que viven con VIH; tratar con antirretrovirales al 90% de los positivos; y mantener bajo atención integral al 90%, hasta que dejen de ser contagiosos. (90, 90,90).
El fin del sida puede estar a nuestro alcance. Sin embargo, este momento es fugaz. Tenemos una ventana de oportunidades frágiles, medida en meses, para ampliar la escala. Si no aceleramos nuestra respuesta, los costos de la epidemia —en vidas humanas y para las finanzas nacionales— se convertirán en una deuda que nunca podremos pagar.
Para alcanzar ese objetivo, los gobiernos los proveedores de servicios de salud, los organismos de cooperación (PEPFAR, Fondo Global), la sociedad civil, las personas viviendo con VIH, las poblaciones clave y otros interesados directos en esta lucha deben trabajar conjuntamente e intensificar la respuesta al VIH.
La prevención del VIH, detección temprana y acceso a tratamiento antirretroviral serán fundamentales para lograr detener la transmisión del virus en los próximos años. Es pues responsabilidad nacional garantizar el suministro adecuado de medicamentos y sobre todo aprobar la ley antidiscriminación propuesta al congreso por el CONAVIHSIDA
Cada 1 de diciembre -Día Mundial de la Lucha contra el Sida-. Es una oportunidad para gestionar el apoyo político y la comprensión del VIH como un problema de salud pública. Este año, el lema propuesto es: “Acepta el reto, terminemos con el sida”.
