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FRANCIS CAAMAÑO: Perfil biográfico y político

FRANCIS CAAMAÑO: Perfil biográfico y político

En el año  1941 mi padre, ascendido a capitán del Ejército, se trasladó con su familia desde Moca a la ciudad capital y nos mudamos en una casa ubicada en la calle Martín Puchi, entre la Pepillo Salcedo, hoy San Juan Bosco, y la calle Cachimán. Al lado de nuestra casa vivían papá Nelo Caamaño y mamá Nela Medina, progenitores de, en aquel momento, el teniente coronel Fausto Caamaño Medina.

En esa casa situada al lado de la casa del coronel Flores, casado con doña Fefita Mota, vivía con papa Nelo y mama Nela una joven hermosa que se llamaba Zora Caamaño, novia de Radhamés Hungría Morel, segundo teniente del Ejército.

Era  el año 1941 y yo tenía 5 años de edad, en esa casa conocí a Francisco Alberto Caamaño Deñó, Francis, hijo del coronel Caamaño y de la señora Enerolisa Deñó Chapman de Caamaño, conocida por el apodo de Nonin; y allí conocí también a Emerson Caamaño Deñó, de la misma edad mía, de 5 años, conocido con el apodo de El Ovejo.

Doña Nonin y mi madre eran amigas desde hacía muchos años, como esposas de oficiales del Ejército dominicano, amistad que se estrechó íntimamente con el transcurso del tiempo. Desde muchacho, Francis, que tenía cuatro años más que yo, era amigo y protector de los menores, muchas veces me transportaba de nuestra casa a la casa donde ellos vivían,  un hermoso chalet ubicado en la Galván esquina México, montado en la barra de su bicicleta.

Volví a encontrar a Francis Caamaño en 1943, yo con 8 años y él con 12 años de edad, cuando mi padre fue trasladado de El Seybo a la ciudad capital y nombrado jefe de instructores del Ejercito y subdirector del centro de enseñanza de esa institución militar.  El destino nos llevó por caminos diferentes en la vida y volví a verlo en 1954, cuando volví a Santo Domingo, ya mi padre fuera del Ejército y viviendo en Monte Cristi, como empleado de la Grenada Company, empresa donde había sido mandado a trabajar por disposición de Héctor B. Trujillo Molina, ministro de Guerra y Marina, hermano de Rafael Trujillo Molina y compañero, amigo y protector de mi padre.

Estoy convencido, profundamente convencido, de que Francis Caamaño, en términos políticos, desconocía lo que era la militancia y un criterio ideológico de esa actividad. Francis era un joven valiente, ecuánime, honesto, hijo de una de las figuras militares más importantes del régimen de Trujillo, y vivió no obstante su origen y ser militar al margen, totalmente al margen, de los beneficios, lisonjas y placeres del régimen trujillista, como Rafael Fernández Domínguez que era su contemporáneo, y no participaron jamás en actividades represivas, abusivas y deshonestas de la intolerancia y agresividad del régimen de Rafael Trujillo Molina.

Eso explica porqué ambos, en la realidad de la vida, fueron terrenos fértiles para que en ellos germinara, en el orden político, un criterio que dio paso a un profundo sentimiento patriótico, de respeto y amor al pueblo dominicano, del cual fueron los dos expresiones y verdaderos paradigmas de permanente vigencia en la historia dominicana.

 Fue su papel protagónico, el de Francis Caamaño Deñó, como Jefe Militar y Presidente del Gobierno Constitucional de la República en Armas, que dio paso a su aceptación y desarrollo ideológico, convencido de que la defensa de la patria, frente a la intervención militar de los Estados Unidos, lo guiaba por el sendero, ineludible, de un proceso revolucionario.

 En la realidad histórica de los hechos, el gobierno de los Estados Unidos encabezado por Lyndon Johnson sufrió una derrota política vergonzosa en la República Dominicana.

 El caso de la intervención militar, llevado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, convirtió un episodio político regional en un dramático acontecimiento de carácter mundial.

 El pueblo dominicano, una pequeña comunidad de la región del Caribe, encabezada por militares profesionales que habían recibido entrenamientos en los Estados Unidos, Francia, España, Venezuela y Perú, enfrentó al ejército más poderoso del mundo y obligó a ese gobierno agresivo, intolerante y afrentoso, encabezado por Lyndon Johnson, a sentarse en una mesa de negociaciones y buscar una salida honorable para la soberanía del pueblo dominicano.

 Los Estados Unidos, apoyados por la OEA, impusieron un gobierno dócil a sus intereses encabezado por el doctor Héctor García Godoy e intentaron, el 19 de diciembre de 1965, eliminar físicamente a Francisco Alberto Caamaño Deñó y a la mayoría de los jefes civiles del Movimiento Militar Constitucionalista, que habían dirigido la resistencia contra la intervención militar estadounidense en una perversa y alevosa emboscada ejecutada en el hotel Matum de la ciudad de Santiago.

Al no lograr sus objetivos, obligaron a Caamaño Deñó y a los más connotados jefes militares del movimiento a que abandonaran el territorio dominicano designados en cargos diplomáticos en diferentes países de Europa y América. Caamaño Deñó fue designado agregado militar en Londres, lugar apropiado para mantenerlo bajo permanente observación y darle seguimiento a todas sus actividades.

El Nacional

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