Cuando las ideas redentoras, aunque copiadas, calentaban los cerebros de la juventud, había un libro de bolsillo titulado “Conceptos Elementales del Materialismo Histórico”, de Marta Harnecker, chilena de origen austriaco que estudió en Francia y que no se reporta que haya muerto, por lo que habrá vivido el experimento de su teoría condensada.

Si a una persona que vivió el acontecimiento le preguntan qué estaba haciendo al momento de desplomarse Las Torres Gemelas en Nueva York, lo describiría sin dudas, algo que los estudiosos de la mente han estudiado, de que los hechos trágicos marcan.

Cuando azotó el ciclón David el país, los hechos más trascendentes encabezan los recuerdos colectivos, pero también en lo individual experiencia sin trascendencia quedan en la memoria.

Recordamos de aquel fenómeno natural que el ejemplar del libro de Marta Harnecker, Conceptos Elementales del Materialismo Histórico, sobrevivió empapado en agua, el cual secamos durante semanas página por página con la ayuda de los rayos del sol que arremetían contra una ventana.

Entre aquel catálogo de conceptos estaba el que rezaba “El ser social determina la conciencia social”, algo que tardamos mucho en graficar a pesar de conocer la anécdota de aquel estudiante rico de la UASD que fue a comer a la casa de un compañero pobre y llegó asombrado a donde su madre, de que no le sirvieran carne.

La comprensión del término llegó cuando leímos de Juan Bosch “Clases Sociales en la República Dominicana”. Lo de profesor y maestro a Bosch tiene una explicación teórica. El analizaba el concepto con la realidad, y no al revés, como se estila en el mundo académico.

Cuando Roberto Marchena dio sus declaraciones sobre lo que representa Danilo Medina para el PLD y su triunfo electoral, lo estaba haciendo como ser social, ya que la intención era hacia el público en general.

Franklin Almeyda, a quien se le puede decir de todo pero que hay que reconocer que a pesar de los años que lleva el PLD en el Poder vive en el mismo sitio de siempre cometió un error garrafal al hablar como ser individual y no social, cuando personalizó su respuesta a Marchena.