En esta oportunidad, les haré conocer nuestros criterios sobre un tema apasionante: Las Selecciones Nacionales, y, de manera específica, la selección Sub-17.
Para iniciar, estimamos oportuno recurrir a la etimología de la palabra selección. La misma deriva del latín Selectio y se refiere a la acción de separar lo elegido.
En el caso especifico del fútbol, el vocablo alude al conjunto de deportistas escogidos para participar en una competencia importante, por lo general de carácter internacional.
En la mayoría de los países con tradición futbolística, las selecciones absolutas, es decir las superiores, reciben todas las atenciones habidas y por haber de parte de sus respectivas federaciones.
En un país como el nuestro, en donde el fútbol ésta en un franco proceso de desarrollo, la * niña mimada * es decir la selección que debería tener los mayores y mejores cuidados, tiene que ser la Sub 17.
¿Por qué razón?
Sencillo. Es en esta categoría que se inicia la verdadera competencia internacional y la misma es una división en la que todavía podemos competir, con ciertas posibilidades, con las selecciones del área.
En 1985, se disputó la primer Copa del Mundo Sub 17 en China y, en exactamente 100 días más, los Emiratos Árabes Unidos serán sede de la edición número XV de la Copa del Mundo Sub-17.
En este nuevo Mundial, verán acción 24 selecciones.
Con la ilusión de llegar a esa instancia en un próximo evento mundialista, hace varios meses, el siempre inquieto y entusiasta entrenador Pascasio Mendoza tuvo una iniciativa muy valiente. Recorrió todo el país para pre-seleccionar a jugadores con potencial para optar a ser selección Sub 17. Esta feliz gestión de Pascasio recibió el respaldo de las máximas autoridades de nuestro fútbol.
Un nutrido grupo de jóvenes, cuyas edades oscilan entre los 14 y 15 años asiste con entusiasmo a las prácticas que se imparten los fines de semana en el Proyecto Goal de San Cristóbal.
Los mismos provienen de diferentes ciudades del interior y llegan con la ilusión de ser seleccionados. Eso es bueno porque evidencia que los mismos sienten por el fútbol nacional.
Pero, en la etapa de desarrollo que atraviesan estos potenciales futbolistas, hay que tratarlos muy bien. Hay que ofrecerles una alimentación balanceada y adecuada (desayuno-almuerzo-cena) reforzándola con complejos vitamínicos. Tener a disposición de los mismos atención médica; dotarlos de buen calzado y así como de ropa de entrenamiento aceptable. Recompensarles lo que invierten en sus desplazamientos y, por sobre todas las cosas, hay que hacerlos sentir que son muy importantes para el presente y futuro de nuestro fútbol.
Estos jóvenes futbolistas, cuando regresan a sus localidades, clubes y/o equipos tienen que convertirse en multiplicadores del fútbol. Tienen que ser el foco de atención de todos sus compañeros.
Lo ideal sería que estos jugadores que, durante muchos fines de semana entrenan con ilusión, reciban de quien corresponda, este tipo de consideraciones. Desde un simple carnet plastificado que los identifique como integrantes de la pre-selección Sub-17 hasta una camiseta alusiva al proyecto la que seguramente lucirán con orgullo, tanto en los viajes como en las calles de sus respectivos pueblos.
Si todas estas atenciones, cariñitos y mimos nuestros jugadores los están recibiendo, congratulamos al ente responsable. De no ser así, habría que tomar los correctivos de lugar
¿Es esto mucho pedir para nuestros pre-seleccionados?