Si nuestra naturaleza fuera diferente, nos dejáramos arrastrar por el stablishment y -obvio- no nos pronunciaríamos en contra de los provocadores y exorbitantes valores que se mueven en torno al fútbol profesional.
Las cifras que actualmente se manejan en el exclusivo mundo del fútbol profesional, especialmente en los grandes y poderosos clubes, son extravagantes, escandalosas y perversas.
Por más que amemos al fútbol y por más fanático que uno sea, es difícil digerir y aceptar, tanto los cien millones de euros pagados por el galés Bale como los diecisiete millones de euros netos- al año que devengará Cristiano Ronaldo.
En el momento histórico que esto sucede y se anuncia con bombos y platillos, España y muchos otros países europeos, atraviesa por una marcada crisis económica.
Estos gastos excesivos producen rechazo y el alarde de poder también que exhibe, en este caso el Real Madrid, también.
Cuando recordamos lo que establece la Ley de Regulación Salarial del Estado Dominicano en relación al salario del excelentísimo señor Presidente de la República, nos da vergüenza ajena y más nos aferramos a nuestras convicciones. En efecto, según dicha Ley, el licenciado Danilo Medina, presidente Constitucional del país, devenga un salario mensual de RD$450,000.00 (Cuatrocientos cincuenta mil pesos mensuales), claro, él no marca 50 goles por temporada.
Más sin embargo, Cristiano Ronaldo, extraordinario y carismático futbolista que es seguido por más de veinte millones de twiteros, recibirá una compensación salarial de diecisiete millones de euros netos – al año hasta el mes de junio del año 2018 cuando él sólo tendrá treinta y tres añitos.
Esta cifra es equivalente a millón cuatrocientos mil euros mensuales lo que , por vía de consecuencia hace que Cristiano Ronaldo perciba cuarenta y seis mil euros por día, equivalentes a unos mil ochocientos euros por hora, es decir más de noventa mil pesos dominicanos cada sesenta minutos.
Muchos consagrados y hábiles especialistas financieros aseguran que se trata de una inversión inteligente y rentable pero, ni Andy Dauhajre y mucho menos los Chicago Boys me convencen de ello.
Nos reiteramos y decimos que, los excesos son provocadores y generan descontentos y rechazos populares.
Esto es tan así que, fuera del ámbito futbolístico y ante los gastos extravagantes, la gente corriente, los comunes ciudadanos experimentan indignación.
Se nos ocurre recordar lo sucedido en el vecino Haití, país con enorme tradición futbolística y poseedor de una paciencia ciudadana histórica. Su la población, durante muchos años fue tolerante con los Duvalier más sin embargo, rechazo y critico abiertamente los gastos principescos de la otrora primera dama Michéle Bennet (esposa de Baby Doc) gastaba fortunas indignantes en joyas y artículos de maquillaje.
Por otra parte, hace poco tiempo vimos como el pueblo brasileño se manifestó valiente y abiertamente en contra de los más de quince mil millones de dólares que el gobierno central de ese país ha gastado para organizar la próxima Copa del Mundo.
Consideramos que esta vorágine consumista que está experimentando el más alto nivel del fútbol profesional, sólo podrá detenerse con la aplicación del Fair Play Financiero ideado por la Unión Europea de Fútbol y que pretenden ponerla en vigencia a partir de la temporada 2014/2015.
Mientras esto ocurra, no queda más que seguir admirando la calidad sin igual de las millonarias estrellas del fútbol contemporáneo los que, a pesar de su condición y tener asegurado el futuro de las próximas diez generaciones de su familia , siguen expresando su talento con alegría y festejando sus goles de manera contagiosa.