El éxito garantiza éxodo de jugadores
En el mundo del fútbol profesional, el éxito que logra una selección nacional, incrementa considerablemente la valoración de sus futbolistas y, por ende, las posibilidades para emigrar, jugar y trascender en otras ligas.
Un estudio recientemente publicado por el Centro Internacional de Estudios Deportivos (CIES) con sede en Neuchatel (Suiza) demuestra que durante el presente año 2014, Francia se ha convertido -por primera vez en su historia- en el país que más futbolistas ha exportado hacia las principales ligas del Viejo Continente, es decir Inglaterra, España, Italia y Alemania.
Son, nada más y nada menos, que 113 los futbolistas galos que militan en los clubes europeos más importantes. Inglaterra acoge a 49, Italia a 31, España a 22 e Italia a 11 jugadores franceses.
Estas cifran ubican a Francia como el principal proveedor de futbolistas de los principales clubes del Viejo Continente, superando incluso a países como Brasil y Argentina, que han visto emigrar a 112 de sus mejores futbolistas.
Francia ha diseminado en el fútbol europeo a jugadores famosos como Paul Pogba (Juventus), Benzema y Varane (Real Madrid), Frank Ribery (B.Munich), hasta los menos mediáticos como Debuchy y Giroud (Arsenal), Cabella (Newcastle), Jeremy Menez (Milán), Kevin Gameiro (Sevilla), Loyc Remy (Chelsea) y Jeremy Mathieu (Barcelona) y los casi desconocidos como Kakuka (Rayo Vallecano), Enmanuel Riviere (Newcastle), y Benoit Tremoulinas (Sevilla).
El brillante momento por el que atraviesan los futbolistas franceses contrasta con lo que acontecía hace treinta años (1984) cuando la selección gala ganó su primera Eurocopa.
Ese título continental y la extraordinaria actuación de Michel Platini motivaron a la prensa especializada del mundo entero a seguir las proezas del astro galo con el Juventus. En ese entonces, Platini -hoy en día presidente de la UEFA- era el único futbolista francés de relieve que jugaba fuera de su país.
Posteriormente, emergió el carismático, talentoso y polémico Eric Cantona en el Manchester United, años más tarde surgió Zinadine Zidane y el portero Fabián Barthez, además de Thierry Henry
y David Trezeguet.
Lo del fútbol francés es un fenómeno que también ha experimentado -en menor grado- España.
Previo a que la selección española se consagrara Campeona del Mundo en Sudáfrica 2010, es decir, en el año 2009, sólo diecisiete (17) futbolistas ibéricos militaban fuera de su país, hoy en día, son cincuenta y ocho (58) los que juegan en los principales clubes europeos e innumerables los entrenadores que trabajan fuera de sus fronteras.
Dentro de este escenario, llama poderosamente la atención la gran cantidad de porteros que han sido contratados en otras ligas. David De Gea está en el Manchester United; Diego López en el Milán de Italia, Pepe Reina en el Bayer Múnich, en tanto que Joel Robles juega en el Everton, Adrian San Miguel en el West Ham United y Andrés Fernández en el Oporto de Portugal.
Definitivamente, el éxito futbolístico de un país motiva y genera la emigración de sus mejores jugadores…
