Opinión

Gabo

Gabo

POR: Orlando Jorge Mera
orlandojorgemera@yahoo.com

 

Gabriel García Márquez envuelve historia, pasión por la escritura y una convicción firme por lo que creyó y defendió; fiel a sus amistades, crítico de sistemas que caían en modelos que lucharon por derrotar, y un enamorado de la profesión de toda su vida, el periodismo.
“Gabo” como le decían sus amigos y cercanos, visitó oficialmente la República Dominicanauna sola vez, pero fue suficiente para dejar su huella. Fue en 1979 para celebrar los 70 años del profesor Juan Bosch en La Vega, al que García Márquez catalogó como “su maestro”.

A nivel mundial el legado que deja García Márquez no necesita introducción. Deja todo claro que otro grande como Carlos Fuentes sostuviera que “100 Años de Soledad”, el más célebre libro de Gabo, sea el Quijote americano, en alusión al clásico de todos los tiempos, Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.

Premio Nobel de Literatura en 1982, lo ganó todo gracias a la escritura, por cuyas letras respiró el realismo mágico; y sin embargo, lo apasionó y atormentó el periodismo, profesión a la que le dedicó su vida y por la cual confesó sufrir como “un perro” ante la agonía de la práctica de comprobar los hechos, derrotada por la inmediatez y la urgencia de informar, aún cuando las noticias pudieran no estar apegadas a la verdad.

Amigo de la identidad latinoamericana, catalogó a nuestro continente como “esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda”. Hoy, Gabo ya no está, pero su legado vive y se afianza en nuestra conciencia.  Gabriel García Márquez dejó de ser un mortal, ahora es una leyenda por la que Macondo llora. Ha partido uno de sus hombres predilectos, un escritor sencillamente extraordinario.

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