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Gazcue Pierde su encanto por dejadez de las autoridades

Gazcue Pierde su encanto por dejadez de  las autoridades

Más de 1,400 negocios informales, calles sucias y semidestruidas, varias casas viejas y abandonadas, caos en el tránsito y mal uso de los espacios públicos, robaron el esplendor que caracterizó al emblemático y aristocrático sector de Gazcue, uno de los más extensos y históricos de la capital. En marzo del año pasado, el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) aprobó la ordenanza 5-2013, que regula el uso de suelo de Gazcue y declara a ese sector “Patrimonio urbanístico y arquitectónico de la ciudad Santo Domingo”.

Empero, esa normativa no logró frenar la instalación de prostíbulos, bares, centros de masaje, talleres de mecánica, instituciones públicas y privadas sin espacios para estacionamientos, bancas de apuestas y colmadones con su secuela de ruido, que merman la calidad de vida de sus habitantes.

“Gazcue es un patrimonio cultural arrabalizado y olvidado por las autoridades”, se quejó Humberto Henríquez, presidente de la Unión de Juntas de Vecinos de esa demarcación, integrada por nueve instituciones, según un listado oficializado por el Ayuntamiento.

En un espacio de unas 50 cuadras o manzanas, que se extienden desde la avenida Máximo Gómez hasta el Parque Independencia y desde la calle Francia hasta la avenida Independencia, funcionan 59 bancas de apuestas, 14 laboratorios clínicos, 16 locales de partidos políticos y 60 vendedores ambulantes.

Un estudio de la Unión de Juntas de Vecinos establece que en el lugar operan 18 clínicas y hospitales, 16 dealers de vehículos, siete prostíbulos, 39 oficinas públicas, 43 edificios de consultorios médicos, dos vendedores de gomas sobre las aceras, 26 hoteles, 14 plazas comerciales, 18 colegios, dos envasadoras de agua, entre otros establecimientos, que reclaman estacionamientos inexistentes, a cualquier hora del día y la noche.

El grave déficit de estacionamientos en la zona vulnera la privacidad de los moradores del lugar, porque los automovilistas violan las más elementales normas de convivencia en aras de encontrar un espacio donde dejar sus vehículos.

Los conductores se estacionan en las aceras, se apoderan de las entradas de las marquesinas de las residencias, taponan las vías con sus estacionamientos imprudentes y violatorios de la Ley de Tránsito.

Las discusiones generadas por los conductores y sus vocinazos han convertido en un infierno la vida para los residentes en Gazcue.

“Este tránsito tiene a los vecinos de Gazcue al coger la loma”, manifestó Francisco Hernández Rodríguez, presidemte del Condominio Santurce, ubicado ubicado entre las calles Lea de Castro, Hermanos Deligne, Independencia y Socorro Sánchez.

La denominada “Normativa de Gazcue”, contenida un documento de 21 páginas, prohíbe los vendedores ambulantes, los negocios de apuestas, estaciones de combustibles, los burdeles y las actividades que contaminan el ambiente con música, ruidos, olores, humo o gases.

El regidor del ADN, Waldys Taveras, reprochó las violaciones al suelo en Gazcue, como es transformar una casa residencial en un negocio.

Cualquier transformación del área física o del uso de esas estructuras tiene que ser autorizada por las oficinas de Patrimonio Cultural, Patrimonio Monumental y el ADN, indicó.

“No hay ninguna justificación para que la Dirección de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento permita que al lado de la escuela de manualidades María Trinidad Sánchez exista un prostíbulo”, dijo Taveras.

Es casi imposible transitar por las aceras de Gazcue, están rotas , sucias, llenas de malezas y hoyos, se constató en un recorrido por las calles Rosa Duarte, Pedro A. Lluberes, Caonabo, Cervantes, Hermanos Deligne, Santiago, Casimiro de Moya, Lea de CastroPaster, Cervantes Danae y las avenidas Bolívar e Independencia.

Muchas alcantarillas están abiertas, sin tapas en los filtrantes, lo que puede provocar accidentes fatales a las personas que transitan por el lugar. La situación incluye las calles del entorno del Palacio Nacional, Rodríguez Objío, Rosa Duarte, Pedro Henríquez Ureña, Moisés García, Galván, México, Doctor Báez.

En algunos casos, como en la calle Moisés García, la maleza invadió amplios tramos de las aceras y obliga a los peatones a transitar por las calzadas, exponiéndose a ser atropellados por algún vehículo en esa zona de gran tráfico. Los motores de los mensajeros de los colmados estacionados en las aceras constituyen otro elemento perturbador, que imprime un aspecto de arrabal a esa demarcación que albergó a presidentes, escritores, artistas, poetas, prestigiosos dirigentes políticos y patriotas, que hasta hace unos años se caracterizó por su verdor y tranquilidad.

Francisco Hernández Rodríguez asegura que muchos residentes del sector han terminado con brazos y piernas rotas al caminar por las aceras deterioradas porque, desde los años 70, el Ayuntamiento del Distrito Nacional y Obras Públicas no reparan las aceras, los contenes, los badenes y las alcantarillas.

El manejo inadecuado de la basura es otra preocupación de ese dirigente comunitario.

Contó que del 25 al 30 de cada mes, los camiones recolectores de basura detienen la recogida de desperdicios para presionar al ADN a que les pague sus salarios.

“Tenemos basura por donde quiera, a pesar que hay un camión exclusivo para Gazcue”, precisó.

Casas cayéndose

“Tenemos un patrimonio urbanístico de la humanidad que consiste en 350 viviendas arquitectónicamente valiosas cayéndose a pedazos”, manifestó Humberto Henríquez, para quejarse por la prohibición que pesa sobre los propietarios que quieren vender sus inmuebles, para dar paso a proyectos de alta densidad y altura, igual que en el Polígono Central.

Henríquez argumenta que esa medida imprimiría mayor desarrollo urbanístico y económico al lugar. Por ejemplo, “en las avenidas Bolívar, Máximo Gómez y las calles Santiago y Benito Monción, donde se permiten edificios de hasta ocho niveles, el valor del metro cuadrado subió hasta US$800. En el resto de Gazcue los precios cayeron hasta US$400”.

El presidente de la Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de Vivienda (ACOPROVI), Fermín Acosta, envió una carta al director de Planeamiento Urbano del ADN, Narciso Guzmán, en la que pide la revisión de la normativa de Gazcue y otros sectores del Distrito Nacional.

Esa posición es contraria a quienes rechazan que Gazcue se convierta en Naco o Piantini, como resultado de una regulación que flexibilizaría el uso del suelo para la construcción de las llamadas torres de apartamentos.

UN APUNTE

Las casas viejas
“Tenemos un patrimonio urbanístico de la humanidad que consiste en 350 viviendas arquitectónicamente valiosas cayéndose a pedazos”, manifestó Humberto Henríquez, para quejarse por la prohibición a cientos de propietarios de vender sus inmuebles. Éstos reclaman que se les permita vender sus casas para dar paso a edificios altos.

 

EL DATO

La normativa  de Gazcue busca preservar el patrimonio urbanístico y arquitectónico, regular el uso de suelo, las densidades máximas, los parámetros de edificación y el tratamiento del dominio público.

Pilar Moreno

Periodista de vasta experiencia en el periodismo educativo y político