Opinión

Generación arcoiris

Generación  arcoiris

Ernesto Guerrero

El día 3 de marzo, los mexicanos, celebraron el quinto año de aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, y para conmemorarlo el jefe del gobierno capitalino patrocinó una boda colectiva en un lugar público. México fue la primera jurisdicción de América Latina en aprobar esta ley , y ya son más de 5.400 parejas del mismo sexo las que han ejercido su derecho a contraer matrimonio.

Otros países que han adoptado legislaciones sobre el matrimonio y las uniones civiles son: Argentina, Brasil, Uruguay, Guadalupe, Guyana Francesa, Martinica en tanto que Ecuador, Colombia, Costa Rica y Chile, tienen leyes de reconocimiento de las uniones civiles. En total son más de 20 los países en el mundo donde el matrimonio o reconocimiento de las uniones homosexuales esta aceptado.

Han transcurrido más de 10 años desde el inicio de esta primera legislación, un buen tiempo como para poder evidenciar que con esta ordenanza no hay ninguna agresión al matrimonio ni a la familia. Más bien al contrario, lo que hay es un cauce para realizar la pretensión que tienen esas personas de ordenar sus vidas con arreglo a las normas y exigencias del matrimonio y de la familia.

Todavía algunos políticos, están resbalando en una gran hipocresía en relación con el matrimonio de personas del mismo género, por miedo a perder votos entre católicos y evangélicos, sin darse cuenta que la sociedad está cambiando, y que inevitablemente nos encaminamos hacia una sociedad de mayor apertura hacia la diversidad (generación arcoiris) .

Cada vez más países se suman para dar una respuesta justa a un grupo de personas que durante años han sido humillados, sus derechos ignorados, su identidad negada y su libertad reprimida. Es asombroso cómo un escueto párrafo que establece que “el matrimonio tendrá los mismos requisitos y los mismos efectos cuando los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”, devuelve a nuestros hijos, hermanos y amigos, el respeto a sus derechos fundamentales.

El Nacional

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