Dos Candidatos
Para la celebración de la próxima ceremonia de los Premios Casandra, me atrevo a proponer dos nombres que guardan tras de sí un significado inmenso y una carrera prodigiosa en el mundo del arte y del espectáculo de la República Dominicana. Son dos personajes que merecen, en igual dimensión, el reconocimiento más alto que se dedica al artista dominicano. Uno, un maestro de la música. Otro, un intérprete de voz cálida y melodioso timbre. Vamos por parte, como acostumbro decir en estos casos.
Luis Ovalles
Mi primera moción va para el maestro Luis Ovalles. Aquí va su Hoja de Vida: Maestro del saxo. Artista vinculado al género merengue por más de 37 años. Su primer álbum, titulado Abran paso al mejor, fue lanzado en el año 1977. A su retiro de los escenarios musicales, se dedicó a otras áreas de la comunicación. Conduce muy acertadamente, desde hace varios años, el programa musical Añoranzas, que presenta al televidente un vívido álbum de recuerdos de épocas de nostalgias y de romances. Productor musical de los reconocimientos que Banreservas dedica a las glorias de la música dominicana. Luis Ovalles se expresa así: Añoranzas es un programa que ha significado una meta más en mi vida. Me ha sorprendido el éxito del mismo y confieso que cuando me imaginé este proyecto, no lo hice con la intención de ganar dinero.
Fernando Casado
Galardonado intérprete del amor. El Magistrado es la viva imagen del sentimiento.
Actor, investigador, escritor, poeta y banquero. Declarado Gran Reserva Musical por Banreservas. Participó como vocalista en el concurso Miss Universo, realizado en República Dominicana en el 1976. Se ha caracterizado por su trabajo en pro de la música criolla. Intérprete de famosos temas: el mundialmente conocido Por amor, Cómo me besabas tú y el poema de René del Risco Bermúdez, Una primavera para el mundo; catalogado por Daniel Toribio como un vibrante poema, con un rico mensaje de esperanza y paz para el mundo. Fernando Casado se ha caracterizado por su trabajo en pro de la música criolla. ¡Cómo no ponderar estas dos glorias de la música vernácula dominicana! ¡Cómo no reconocer en vida la excelencia y el talento criollo de más de cuatro décadas!