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La partida de Yaqui Núñez del Risco

Yaqui Núñez del Risco, el Maestro de la Palabra, ya no está entre nosotros. Durante seis años nos tuvo preocupados por su salud, deteriorada por un derrame cerebrovascular, hasta que el Creador del Universo decidió llevarlo a su lado.

Pero Yaqui dejó un legado y una generación de periodistas y presentadores de televisión que nos recordarán la tesonera obra que realizó a lo largo de su fructífera vida, la que sin duda disfrutó a más no poder, como a muchos nos hubiera gustado vivirla. A raíz de su muerte, personas imprudentes aprovecharon la ocasión para lanzar dardos venenosos en contra de ACROARTE, sin analizar la participación que tuvo Yaqui en dicha institución las veces que se ganó el premio y fue reconocido por la misma.

Cierto, aunque fue mencionado su nombre, no se le otorgó el Gran Soberano, como ha acontecido con otros grandes actores, actrices, cantantes, porque anualmente sólo se entrega uno y a veces por su trabajo de toda una vida y en otros momentos por ser el más destacado de un año. No fue, como dijo alguien, que se debió a que un pasado presidente se opuso, sino que los votos no le alcanzaron, aparte de que por el estado en que se encontraba Yaqui después de sufrir el derrame en el 2008, entendieron que no era justo subirlo en esas condiciones al escenario para que el público sintiera lástima por esa gran figura. Sin embargo, ese hecho no le resta méritos a la labor realizada por el Maestro desde la televisión, la radio, la cátedra universitaria y su agencia de publicidad, donde su creatividad no tuvo límites, produciendo comerciales que quedaron en la historia de la República Dominicana. Su velatorio y su entierro en el cementerio Puerta del Cielo dejaron muy en claro que Yaqui fue grande entre los grandes, recibiendo el último adiós del ex presidente Leonel Fernández, de artistas a los que ayudó desinteresadamente en sus carreras y presentadoras de televisión que acataron sus lecciones al pie de la letra para convertirse en figuras de primera línea de este medio.

Sin duda que su viuda, la cantante Susana Silfa, fue la gran heroína de los últimos años de su vida, pues lo atendió esmeradamente hasta en sus más íntimas necesidades. Demostrando que no era una persona egoísta, Yaqui le permitió a su mujer seguir con su carrera artística.

El Nacional

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