Santiago Estrella Veloz
El periodismo es una carrera que en su naturaleza es exquisita, pero que a la vez requiere mucho del periodista. La pasión, el amor, la entrega y el tiempo son elementos esenciales con los cuales un periodista que ame y disfrute su carrera debe poseer.
Por eso, esta columna se la quiero dedicar a uno de esos grandes periodistas que aún sin culminar su carrera, debido a percances de la vida, supo forjar una carrera tan buena como la del cualquiera que andan por ahí con varios títulos en las manos.
Ese gran periodista del cual escribo fue Santiago Estrella Veloz, quien hace unos días partió físicamente de este mundo, pero que su gran legado quedará para siempre. Su impecable trayectoria como periodista y escritor es uno de esos buenos paradigmas a emular en estos tiempos, ante un país que necesita mucho, pero mucho, de periodistas con una voz o una pluma imparcial.
En su rol como periodista, Santiago Estrella Veloz inició como aprendiz en el desaparecido medio impreso “La Nación”, allí su trabajo en pocas semanas tomó gran relevancia y pasó a ser el periodista mejor remunerado de la redacción gracias a su excelente trabajo.
Luego pasó a formar parte de Listín Diario, donde permaneció por una dos décadas. Continúo su labor como jefe de redacción del periódico vespertino Última Hora. En 1991 retorna al Listín como editor asociado.
Estrella Veloz también se desempeñó como productor junto al periodista Ramón Puello del programa televisivo “Mesa redonda”, espacio ganador del primer Premio Dorado como “programa de panel”. Además produjo en radio en el espacio “Comentarios de actualidad”, junto a Rafael A. Ortiz.
Aun jubilado, Estrella escribía ocasionalmente en algunos medios impresos.
Su carrera estuvo forrada de reconocimientos y premios que resaltaron su ardua labor, siendo algunas de las distinciones más insignes la declaración como Hijo Distinguido de la ciudad de Santo Domingo, Primada de América.
En el año 2002, fue galardonado con el Premio Internacional Chapultepec de Ensayo, otorgado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), por su Ensayo “La libertad de prensa no es un regalo”, que recibió en Lima, Perú. Mientras que en el 2012 ganó el Premio de Periodismo, renglón Comunicaciones de la Fundación Corripio.
