A pesar de la grave amenaza petrolera, y en obscena negación de la austeridad proclamada por el Presidente de la República apenas una semana atrás, en los últimos días su gobierno nos entregó regalitos muy caros:
El primero fue el alienante espectáculo de acrobacias aéreas que costó la friolera de 37 millones de pesos (casi un millón de dólares), bajo el pretexto de celebrar los 100 años de la aviación en el país, un hecho que no tiene la relevancia que artificiosamente se le atribuyó, posiblemente en interés de distraer la atención sobre los reclamos generalizados en torno al absurdo de la reelección presidencial y los procedimientos para congresuales para reformar las leyes, que el Jefe de este Estado de corte casi monárquico aspira que se haga por mayoría simple.
El segundo regalito, a costilla de nuestros impuestos, fue el alucinante show, más costoso que el de Chayanne y Mark Anthony, que los propulsores de la reelección nos ofrecieron en el Palacio de los Deportes, al invertir más de 50 millones de pesos para hacer entrega al Presidente de la Republica de 2 millones de firmas que supuestamente apoyan su repostulación.
El tercero fue una ñapa: 76 nuevos nombramientos presidenciales, de los cuales 55 son nuevos burócratas, 22 en el servicio exterior, 23 subdirectores y 31 viceministros, con cargo al austerizado presupuesto de la Nación.
El irracional derroche no se detiene ahí, pues la austera República Dominicana, contrario al resto de un Continente que es atacado por la crisis mundial, hay una permanente alfombra roja por la que desfilan los artistas más cotizados del mundo. Sólo en lo que va del año han pasado por aquí Marc Anthony, Chayanne Shakira y Silvio Rodríguez, y por ahí vienen Raphael, Don Omar, Víctor Manuel, Duran Duran y Serrat, entre otros.
Algunos especulan que así como entra droga, entran artistas, la ruta es la misma.
Pero aunque por momentos el circo nos distraiga de la crisis, el supermercado nos hace sentir en la casa del terror y las facturas de las Edes cobrando los apagones, constituyen un atraco institucionalizado.
Y ahí es donde fracasan quienes pretenden distraernos.
DiagnosticoRD.com
