Mujer y Alcohol
El alcohol no es sólo cosa de hombres. Cada vez más la mujer se sumerge en el alcohol, se abraza a la botella para sobrellevar sus conflictos, sus frustraciones, su soledad.
La mujer alcohólica puede consumir alcohol, una droga legalizada, para desinhibirse, o para gratificarse luego de una semana de intenso trabajo, o antes de hacer el amor para entonar, en todos estos casos busca la manera de escapar de su realidad.
El alcoholismo es una enfermedad reconocida por la Asociación Médica Norteamericana desde el año 1956 como: Toda persona que bebe alcohol de manera obligatoria, que pierde el control y sigue bebiendo a pesar de las consecuencias que esto produce, es un alcohólico.
Las causas del alcoholismo son multifactoriales. Los factores familiares y genéticos juegan un papel relevante. Las descendientes de familias alcohólicas tienen mayor riesgo de ser alcohólicas o de cualquier otro tipo de adicción, o de buscar una pareja adicta. La pérdida de un ser querido, una separación o divorcio, limitaciones físicas, traición, violencia física o psicológica, podrían influir en la ingesta de alcohol.
El impacto psicológico de la violencia en la mujer contribuye a una baja autoestima, a sentimientos de ansiedad, culpa y miedo, los que pueden ser aliviados por el uso de alcohol y otras drogas, constituyéndose en un mecanismo de escape. (Mercedes Germán).
Estudios realizados reportan una relación estrecha entre alcohol y el uso de sedantes y tranquilizantes que se venden con o sin prescripción medica. Una mujer alcohólica utilizará toda su energía para obtener el fármaco aún sin la receta médica requerida para la venta.
De acuerdo a investigaciones realizadas en centros de adicción, la mujer es más propensa a recibir recetas en dosis excesivas. El 70% de las recetas para tranquilizantes y sedantes es indicado para mujeres. Las mujeres están más expuestas que los hombres a desarrollar una adicción a drogas prescritas en combinación con el alcohol.
El alcoholismo aumenta sobre todo en mujeres con autoestima baja. La mujer adicta al alcohol se aísla de la pareja, de los hijos e hijas, de la sociedad y sufre la vergüenza de no atreverse a buscar ayuda profesional. Es imprescindible ofrecer servicios de educación, prevención y tratamiento para mejorar la manera de manejar los conflictos y evitar las adicciones como es el alcoholismo.
