Opinión

Ginecología actualizada

Ginecología actualizada

“Mi cuerpo es mío”,  “Por el derecho a decidir sobre mi cuerpo”.  Estas frases las escucho, escupo y repito,  me suenas similares a: “Hagamos la paz”, mientras nos bombardean con transnacionales, arruinado nuestra agricultura, ofreciendo alimentos a precios inferiores al coste, bajo la cláusula del libre comercio.

“Mi cuerpo es mío”,  pero como muestra de amor, debo entregarme a mi novio, sino me deja y me quedo sin pareja.  “Mi cuerpo es mío”, me dicen mientras le tengo que abrir las piernas al padre de mis hijos.  En su defecto me golpea y nos deja sin comer. “Mi cuerpo es mío”, pero cada vez que le pido a mi pareja usar el preservativo, se molesta, o me pega, y pone en duda mi fidelidad.

“Mi cuerpo es mío”,  pero desde que me  llega la menstruación estoy sucia e indispuesta, y cuando se me quita, estoy vieja y sin deseo sexual. “Mi cuerpo es mío”, pero antes de llegar la regla me siento irritable, gorda, deprimida. Además de tener que invertir mucho dinero en medicamentos. “Mi cuerpo es mío”,  sin embargo cargo con la menstruación, una maldición mensual.  Me duele, no puedo andar libremente, tener relaciones, es estar discapacitada.

“Mi cuerpo es mío”, pero desde que soy mujer me la paso quitándome y poniéndome artefactos en mi cuerpo, según se le antoje a la industria de la belleza.  Me quito grasa de las caderas, barriga, muslo.  Me pongo sustancia en nalgas, piernas, labios.  Para parecerme a las chicas del cine. “Mi cuerpo es mío”, pero invierto todos mis ahorros en comprarme unas tetas como la de  las  artistas, eso me sube la autoestima, y se van a fijar en mí.  Necesito que me vean.

“Mi cuerpo es mío”,  pero me está creciendo la panza, no pensé que me podía pasar a mí, me embaracé.  O busco mucho dinero para hacerme un aborto seguro, o me tomo la botella, o las pastillas, que me recomendó mi vecina.  Él dice que me apoya en todo lo que yo decida, pero no se hace responsable. “Mi cuerpo es mío”,  me hice un aborto, ahora mi novio dice que no lo quiero, que en el fondo el quería el embarazo.  Esperaba esa muestra de amor.

“Mi cuerpo es mío”,  pero tengo que invertir gran parte de mi tiempo en teñirme  y acicalarme el pelo.  Pasarme horas en el gimnasio, para que no se note el paso del tiempo.  Pretender lucir como mis hijas. “Mi cuerpo es mío”, si no disfruto las relaciones sexuales soy frígida, poca mujer, si gozo mucho en la cama,  soy puta.

“Mi cuerpo es mío”, continúo escuchando esta frase que nada tiene que ver con mi realidad.  Lo que sí es mío es mi inseguridad, mi dolor, mi angustia, mi soledad, mis miedos.  Lo que sí es mío es mi temor, mi hambre, mis hijos, mi desprotección, mi falta de oportunidades, mis perdidas, mi rabia, mi desamparo, mi desempleo, mi pobreza.

Estoy presa en un cuerpo que como bueno me ha dado mis embarazos deseados, lo demás ha sido alienación.  Estoy sometida a los vaivenes del tiempo, a los ramalazos del reloj, con o sin sangre, es una vaina.  Si acaso, y sin aspirar, soy dueña de mis sueños.

El Nacional

La Voz de Todos