Opinión

Ginecologia actualizada

Ginecologia actualizada

Ay, Beatriz qué dichosa eres, ay Beatriz, tú si has tenido suerte.  En tu país, El Salvador, han optado por defender la vida de las personas.  Con 22 años, 26 semanas de embarazo, padeces de  lupus eritematoso e insuficiencia renal grave, patologías que se agravan con el embarazo y podrían llevarte a la muerte.

Además tu feto, no tiene cerebro, es anencefálico e indefectiblemente morirá. Un feto inviable que pone en riesgo tu vida.

Mi chiquita con 16 años también estaba enferma.  Esperancita tenía unos meses con anemia crónica y los médicos solo le indicaban hierro, después de muchas visitas al hospital resultó que era leucemia y descubrieron que estaba embarazada.  Con sólo 7 semanas de embarazo, no le quisieron dar el tratamiento: interrumpir el embarazo porque es ilegal  y para  la quimioterapia había que espera las 12 semanas para proteger el producto de la concepción.  A mi princesa, no le quisieron dar la quimioterapia a tiempo, de hecho dijeron que le darían  y le dieron, la que menos alterara el embrión. 

Ay Beatriz, ojalá a mi hija le hubiese pasado como a ti.  Tu caso fue llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, órgano judicial de la  Organización de los Estados Americanos (OEA) que exigió a las autoridades de El Salvador  que inicien “de manera urgente todas las medidas que sean necesarias y efectivas” para que los médicos puedan “evitar daños que pudiesen llegar a ser irreparables en la vida, integridad personal y salud” de la joven.

¡Quién como tú, Beatriz!  Te van hacer una cesárea y podrás vivir; mi princesa, Esperancita, murió porque no quisieron interrumpir el embarazo, porque defender la vida del embrión era más importante que la de una joven de 16 años llena de sueños.

Beatriz, tú se lo pediste a tu  presidente y te complació, yo, a través de un canal de televisión, SIN Noticias, le pedí a las autoridades y a todo el pueblo dominicano que no dejaran morir a mi hija, que no estaba de acuerdo con el aborto, pero que la vida de mi hija estaba primero.  A mí  no me  escucharon, permitieron que mi hija falleciera.  Puede haber una forma más inhumana de dejar morir una persona que dejarla desangrar.

Beatriz, date por dichosa, aquí te hubiesen dejado morir y luego te dicen que es designio de Dios,  como a  mi.

Todos los domingos le llevo flores a su tumba, pido por su alma libre de pecados e incluso por los pecadores que con su defensa del producto de la concepción, la asesinaron.

www.lilliamfondeur.com

Dra. Lilliam Fondeur

El Nacional

La Voz de Todos