Opinión

Ginecología actualizada

Ginecología actualizada

Abrir los estudios médicos antes de entregarlos a su especialista es una costumbre. En esta ocasión me refiero a la sonografía.  Las pacientes leen el resultado y como si fuese un axioma, deducen que tienen un problema de salud, incluso llegan a considerar una malignidad.  Los quistes de Naboth son un ejemplo frecuente. A veces cuando la mujer lee  en el reporte sonográfico: quistes de Naboth piensa que se refiere a cáncer y sí el médico no hace referencia al mismo, puede llegar a imaginar que le quieren ocultar la gravedad. Aunque no tenga síntomas.

 Muchas veces los médicos no hacen referencia al quiste de Naboth porque es benigno y lo consideran sin importancia.   El quiste o llamado huevo de Naboth es un quiste lleno de mucosidad que parece un bulto pequeñísimo sobre la superficie del cuello uterino. Generalmente mide de dos  a diez milímetros y contiene una mucosidad de color ámbar.  En la mayoría de los casos, el huevo de Naboth aparece con un nuevo crecimiento de tejido en el cuello uterino después del parto. Este nuevo tejido obstruye la abertura de la glándula de Naboth en el cuello uterino y atrapa la secreción mucosa en pequeñísimos bolsas debajo de la piel.

El huevo de Naboth es bastante común en el cuello uterino de las mujeres que han tenido hijos. También se ve en mujeres menopáusicas en las cuales la piel del cuello uterino se ha afinado debido a la edad.  El huevo de Naboth está relacionado con la cervicitis crónica, una infección prolongada del cuello del útero. El huevo de Naboth no causa ningún síntoma a menos que se vuelva muy grande. En la mayoría de los casos se descubre el huevo de Naboth durante un examen ginecológico de rutina o por una sonografía.

 En raros casos se recomienda realizar una colposcopia, mediante el cual se usa una lupa para examinar de cerca la superficie del cuello uterino y si es pertinente se realiza una biopsia, se extirpa una pequeña porción de tejido de cuello uterino y se examina en un laboratorio. Ojalá que  las mujeres pudiesen esperar a que sea su médico de confianza quien interprete los resultados médicos.  La cultura enseña a las mujeres a dudar de su salud; han aprendido que su cuerpo es vulnerable, a pesar de que  las evidencias demuestran lo resistente del cuerpo de la mujer.  Las expectativas de vida al nacer del hombre es de 75.2  años y para la mujer 79.6 años. La mujer experimenta ciclos menstruales, embarazos, menopausias y vive más, no digo mejor.

El Nacional

La Voz de Todos